Ansiedad generalizada: qué es, qué la causa y qué síntomas tiene

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante el estrés, pero cuando esta sensación se vuelve constante y abrumadora, podría tratarse de un trastorno de ansiedad generalizada (TAG).

Este padecimiento no solo afecta la salud mental, sino que también repercute gravemente en el bienestar físico y emocional de quienes lo padecen. ¿Cómo identificarlo y tratarlo a tiempo? Aquí te lo contamos.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, la ansiedad generalizada es un trastorno del estado de ánimo que provoca preocupaciones excesivas y constantes sobre diversos aspectos de la vida cotidiana, como la salud, el dinero o el trabajo. Estas preocupaciones suelen ser desproporcionadas en relación con la realidad y generan un miedo constante, incluso ante escenarios imaginarios.

Es crucial no ignorar los síntomas de la ansiedad generalizada ni intentar manejarla en solitario. Por ejemplo, una persona con TAG podría pensar que un leve malestar físico es síntoma de una enfermedad terminal o temer quedarse sin hogar por un pequeño contratiempo económico. Estos pensamientos repetitivos y catastróficos pueden llegar a paralizar a quien los sufre, dificultando su capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas.

¿Cuáles son los principales síntomas?

Los síntomas de la ansiedad generalizada pueden variar en intensidad y frecuencia, pero estos son algunos de los más comunes:

  1. Falta de concentración: Las preocupaciones constantes dificultan mantener la atención en tareas diarias, lo que puede derivar en olvidos frecuentes y una sensación de desconexión con el presente.

  2. Problemas de sueño: El insomnio es un síntoma recurrente, ya que los pensamientos ansiosos suelen intensificarse por la noche. En algunos casos, también puede presentarse hipersomnia, como un mecanismo de escape del cuerpo para evitar lidiar con la ansiedad.

  3. Malestar físico: El TAG se manifiesta físicamente con dolores de cabeza, tensión muscular, molestias estomacales, caída del cabello y sequedad en la piel, entre otros.

  4. Bajo estado de ánimo: La acumulación de preocupaciones y malestares lleva a la persona a sentirse desanimada, melancólica y con una visión negativa del futuro.

  5. Tics nerviosos: Movimientos involuntarios como morderse las uñas, parpadear excesivamente o crujir las articulaciones son comunes cuando la ansiedad alcanza niveles altos.

  6. Ataques de pánico: En momentos de crisis, la ansiedad puede desencadenar síntomas físicos extremos como taquicardia, sudoración, dificultad para respirar, temblores y una sensación de inminente peligro.

  7. Aislamiento social: Con el tiempo, el miedo a enfrentarse a situaciones que generen ansiedad puede llevar a evitar el contacto social y buscar refugio en la soledad, lo que agrava aún más el estado emocional.

¿Cuál es el tratamiento para la ansiedad generalizada?

El TAG es tratable, pero requiere un enfoque integral y personalizado. Los tratamientos más comunes incluyen:

  • Terapia psicológica: La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las más efectivas, ya que ayuda a identificar y modificar los patrones de pensamiento negativos que alimentan la ansiedad.

  • Medicación: Los psicofármacos, como los antidepresivos y los ansiolíticos, pueden ser recetados por un psiquiatra para equilibrar los niveles químicos en el cerebro. Sin embargo, siempre deben tomarse bajo supervisión médica.

  • Técnicas de relajación: Ejercicios de respiración profunda, meditación y prácticas como el yoga ayudan a reducir la tensión física y mental.

  • Estilo de vida saludable: Una alimentación balanceada, actividad física regular y una buena higiene del sueño son fundamentales para mantener bajo control los síntomas.

La importancia de buscar ayuda profesional

Es crucial no ignorar los síntomas de la ansiedad generalizada ni intentar manejarla en solitario. Si sospechas que podrías padecer TAG, consulta a un profesional de la salud mental. El tratamiento temprano puede marcar una gran diferencia y evitar que la ansiedad se convierta en un obstáculo insuperable en tu vida.

Con el apoyo adecuado, es posible recuperar el equilibrio emocional y vivir con mayor tranquilidad. Recuerda: pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino un acto de valentía.

 
 

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