Freeland ha reconocido que en los últimas semanas ha habido "desacuerdos" con Trudeau sobre "cuál es el mejor camino a seguir para Canadá"
La viceprimera ministra de Canadá y ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, ha anunciado este lunes su dimisión argumentando que las últimas decisiones adoptadas por el jefe de Gobierno, Justin Trudeau, y sus desacuerdos en materia fiscal evidencian que el mandatario ha perdido su confianza en ella.
“Después de reflexionar, he llegado a la conclusión de que el único camino honesto y viable es que renuncie al Gabinete. Para ser eficaz, un ministro debe hablar en nombre del primer ministro y con su plena confianza", ha señalado Freeland en una misiva diriga a Trudeau y compartida en sus redes sociales.
Sin embargo, la ya exministra de Finanzas ha señalado que la semana pasada Trudeau le propuso que abandonara el Ministerio y reubicarla en otro puesto. “Esa decisión dejó en claro, ya no gozo de esa confianza ni poseo la autoridad que conlleva”, ha dicho.
Asimismo, Freeland ha reconocido que en los últimas semanas ha habido “desacuerdos” con Trudeau sobre “cuál es el mejor camino a seguir para Canadá” para hacer frente al “grave desafío” y el riesgo que supondrá la imposición de aranceles por parte de la futura Administración estadounidense al mando de Donald Trump.
“Debemos tomar esa amenaza muy en serio. Eso significa mantener nuestra pólvora fiscal seca hoy, de modo que tengamos las reservas que podamos necesitar para una futura guerra arancelaria", ha señalado.
Así pues, considera que la mejor forma de hacer frente a esta futura situación será a través de “evitar costosos trucos políticos” que no hacen más que acrecentar la desconfianza de la población.
Freeland ha abogado por hacer frente al “nacionalismo económico” de Trump y sus campañas de "Estados Unidos primero" a través del trabajo conjunto con los líderes provinciales y territoriales “y construir una verdadera respuesta del Equipo Canadá“.
“Sé que los canadienses reconocerían y respetarían este enfoque. Saben cuándo trabajamos para ellos y también saben cuándo nos centramos en nosotros mismos”, ha añadido una Freeland que subraya que la etapa de este equipo de gobierno en algún momento llegará a su fin, pero que sus políticas sí podrán prevalecer “durante una generación”.
“Canadá ganará si somos fuertes, inteligentes y estamos unidos. Es esta convicción la que ha impulsado mis esfuerzos este otoño para gestionar nuestro gasto de manera que nos dé la flexibilidad que necesitaremos para afrontar los graves desafíos que presenta Estados Unidos”, ha remachado Freeland, quien ha asegurado que volverá a presentarse a las próximas elecciones legislativas.
La dimisión de Freeland se produce en un momento en que el Gobierno de Trudeau debe hacer pública la última actualización fiscal, que previsiblemente no cumplirá con las promesas anunciadas por Ottawa.
Los ojos puestos en Mark Carney
Fuentes gubernamentales citadas por medios de comunicación canadienses señalaron que la dimisión de Freeland ha sorprendido a Trudeau, que se preparaba para reorganizar su gobierno en los próximos días.
Desde hace meses, los medios de comunicación del país han señalado que Trudeau quiere incorporar a su equipo a Mark Carney, exgobernador general del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, para hacerse cargo de la cartera de Finanzas.
Los planes de Trudeau de hacer ministro a Carney, y la programada reorganización del gobierno, se producen cuando el gobernante Partido Liberal se encuentra 20 puntos por detrás del Partido Conservador en intención de voto.
Los conservadores han presentado en las últimas semanas tres fallidas mociones de censura contra Trudeau para intentar forzar elecciones antes del 20 de octubre de 2025, cuando está programada la próxima convocatoria general a las runas.
La salida de Freeland también se produce el mismo día que Trudeau tiene previsto dar a conocer la declaración económica de otoño, preparada por Freeland, en la que el gobierno anunciará “reformas históricas” a sus políticas.
“Es toda una bomba”, dijo Nelson Wiseman, profesor emérito de la Universidad de Toronto. “Freeland no sólo fue ministra de Economía, sino también viceprimera ministra y, hasta hace un par de años, era considerada la heredera de Trudeau como líder liberal y primer ministro”.
Wiseman dijo que las filtraciones desde la oficina del primer ministro de que Freeland era una mala comunicadora hicieron que el estatus de Freeland fuera cuestionable.
“Se habló de que volvería a ser ministra de Asuntos Exteriores, lo que le habría venido muy bien, pero la puñalada trapera de la oficina del primer ministro echó el resto”, dijo Wiseman.