— Alondra Arriaga 16/12/2024
Santa Adelaide de Borgoña (c. 931–999) fue una figura clave en la historia medieval europea y se la venera como santa debido a su vida piadosa y su importante papel en la política y la iglesia.
Nacida en Borgoña, Francia, en una familia real, fue hija del rey Rodolfo II de Borgoña. A una edad temprana, fue casada con Lothario II de Italia, pero después de la muerte de su esposo y el secuestro de ella por un rival político, fue liberada por el emperador Otón I de Alemania. Posteriormente, se casó con Otón y se convirtió en emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico.
Obra y legado
Santa Adelaide fue conocida por su generosidad, apoyo a la Iglesia y trabajo por la paz en su tiempo. Fue una firme defensora de los valores cristianos y una gran benefactora de monasterios y conventos, lo que consolidó su reputación como una santa de caridad y piedad. Tras la muerte de su esposo, Otón I, ella desempeñó un papel importante como consejera de su hijo, Otón II, y más tarde también de su nieto, Otón III.
Santa Adelaide promovió la unidad del Imperio y la consolidación del cristianismo en las tierras bajo el dominio de la familia imperial. Su labor en la fundación de conventos y en el apoyo a la educación y la espiritualidad cristiana la hizo muy respetada en la época.
Patronazgo
Santa Adelaide es patrona de Borgoña, Italia y Emperadores. Su fiesta se celebra el 16 de diciembre.
A lo largo de su vida, Santa Adelaide fue una mujer de gran fortaleza, capaz de superar las adversidades políticas y personales para dedicar su vida a la fe cristiana y al servicio de su pueblo. Su legado perdura no solo en la historia religiosa sino también en la memoria de aquellos que la veneran por su devoción y generosidad.
Su canonización fue realizada por el Papa Gregorio VII en 1097.
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