Un estudio reciente destaca la importancia de la prevención y las pruebas de detección temprana en la reducción de la mortalidad por cáncer.
Los investigadores encontraron que, en los últimos 45 años, estas estrategias han salvado más vidas que los avances en los tratamientos para cánceres más avanzados. En particular, la prevención y la detección temprana han sido fundamentales para reducir las muertes por cáncer de cuello uterino, colon, pulmón, próstata y mama.
Se evitó más de la mitad de las muertes por cáncer mediante la detección temprana y la prevención, siendo la principal medida de prevención el dejar de fumar, lo que contribuyó a salvar casi 3.5 millones de vidas por cáncer de pulmón. En cuanto a los otros cánceres, las pruebas de detección y la extirpación de lesiones precancerosas jugaron un papel crucial: se evitaron alrededor de 160,000 muertes por cáncer de cuello uterino gracias a las pruebas, y cerca de 940,000 muertes por cáncer de colon se evitaron mediante la detección de pólipos precancerosos.
El estudio también señaló que, aunque los avances en el tratamiento fueron importantes, la prevención y las pruebas de detección fueron responsables del 80% de las muertes evitadas por estos cinco tipos de cáncer. A pesar de los progresos, los investigadores enfatizan la necesidad de continuar mejorando las estrategias de prevención y detección, especialmente en poblaciones desatendidas. Además, nuevas iniciativas como la vacunación contra el VPH y las radiografías de tórax para detectar el cáncer de pulmón están contribuyendo a salvar más vidas, aunque no eran prácticas comunes durante el período de estudio.
Este estudio subraya el valor de la prevención como un enfoque clave en la lucha contra el cáncer, siguiendo el principio de Benjamin Franklin: "Más vale prevenir que curar".