Un nuevo estudio revela que 1 de cada 20 mujeres embarazadas en EE. UU. sufre abuso físico, sexual o emocional durante el embarazo, lo que puede tener consecuencias graves para su salud mental y física, así como para la de su bebé.
El abuso está vinculado con retrasos en la atención prenatal, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros problemas de salud, como el abuso de sustancias, parto prematuro y bajo peso al nacer.
La investigación, dirigida por Megan Steele-Baser de los CDC, se basó en datos de 2016 a 2022 de mujeres embarazadas en varios estados. El abuso emocional fue el más común, experimentado por el 5,2% de las mujeres, mientras que el 1,5% sufrió violencia física y el 1% violencia sexual. Las mujeres que sufren abuso emocional durante el embarazo tienen un riesgo significativamente mayor de depresión y de consumir sustancias como alcohol y marihuana. El abuso físico aumenta casi tres veces el riesgo de depresión y está relacionado con un mayor riesgo de hipertensión gestacional y parto prematuro.
El estudio también señala que la violencia de pareja es un factor importante en los homicidios de mujeres embarazadas, con un 40% de los casos de homicidio relacionados con la violencia de pareja. Además, las muertes por suicidio y sobredosis de drogas son comunes entre las mujeres embarazadas, muchas de las cuales están vinculadas a problemas de salud mental como la depresión, exacerbada por el abuso.
Los investigadores subrayan la importancia de abordar de manera integral la violencia de pareja para prevenir estos trágicos resultados y mejorar la salud materna e infantil.