El reciente estudio revela que, aunque la esperanza de vida en EE. UU. aumentará ligeramente en los próximos años, el país se está quedando atrás en comparación con otras naciones desarrolladas.
Se pronostica que la esperanza de vida en EE. UU. alcance los 79.9 años para 2035, pero esto solo representará un avance modesto, lo que hará que EE. UU. baje de la posición 49 en 2022 a la 66 en 2050 en las clasificaciones globales. Además, la clasificación de la esperanza de vida saludable caerá significativamente, pasando del puesto 80 en 2022 al 108 en 2050.
Los factores clave que contribuyen a esta tendencia incluyen la obesidad, la hipertensión y los trastornos relacionados con el consumo de drogas, especialmente la epidemia de opioides. El estudio sugiere que si se pudieran eliminar estos factores de riesgo, se podrían evitar millones de muertes prematuras. La obesidad, en particular, está en aumento y se espera que afecte a más de 260 millones de personas para 2050, lo que representa una crisis de salud pública significativa.
En cuanto a la mortalidad por trastornos por uso de drogas, Estados Unidos presenta una tasa mucho más alta que cualquier otro país, lo que se espera que empeore en las próximas décadas. La expansión de la cobertura de salud universal podría ser una estrategia clave para mejorar la situación, permitiendo una detección más temprana y un tratamiento más eficaz de diversas enfermedades.
Este panorama no solo afecta la salud de los estadounidenses, sino también su economía, ya que una población más enferma tiene una fuerza laboral reducida y mayores costos de atención médica. Esto podría hacer que otras economías más saludables superen a la de EE. UU. en términos financieros y geopolíticos.