La imagen se convirtió en un símbolo de protección durante la pandemia del COVID-19. Miles de personas, especialmente migrantes, acudieron a orar frente a ella.
A mediados de 2020, la frontera de Coahuila comenzaba a experimentar una inusitada afluencia de migrantes que se dirigían hacia los Estados Unidos. Fue en ese contexto cuando la Iglesia Católica decidió colocar una imagen de la Virgen de Guadalupe a un costado del Santuario, con el propósito de ofrecer a los peregrinos un espacio donde pudieran orar y pedir su protección.
Meses después, el COVID-19 llegó a Piedras Negras, y las iglesias, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, cerraron sus puertas para evitar la propagación del virus.
Manto protector. Hoy, cuatro años después, la figura de la Virgen permanece erguida con los mismos colores vibrantes, desafiando las lluvias, los intensos rayos del sol y los fuertes vientos. Su presencia sigue siendo un refugio de esperanza, protegiendo a todos bajo su manto divino. “Se decidió colocarla aquí para que cada migrante pudiera pedir su bendición y el bienestar para sus familias”, comentó el monseñor José Guadalupe Valdés, conocido cariñosamente como “Padre Pepe”. A medida que avanzaba la pandemia, recuerda el sacerdote, se impuso la necesidad de restringir el acceso al Santuario para asegurar la sana distancia y evitar contagios.
Consuelo. Sin embargo, la devoción de la gente no desapareció. Al contrario, se acostumbraron a orar frente a la figura de la Virgen a cualquier hora del día, buscando consuelo y fortaleza en medio de la incertidumbre. A finales de 2020, un sondeo realizado por nuestro reportero contabilizó a 80 personas en una hora, quienes elevaron plegarias, se persignaron o, por respeto, se quitaron la cachucha o el sombrero al pasar.
Los protocolos de seguridad. La gente, realmente atemorizada por la pandemia, encontró en la Virgen un refugio y un símbolo de esperanza, afirma el "Padre Pepe". El cierre de iglesias y templos se extendió por casi cinco meses, pero la fe nunca decayó. A lo largo de estos años, la Virgen no ha dejado de recibir flores, regalos y cartas de agradecimiento por los milagros que se le atribuyen.
“¿Cómo no voy a estar agradecido con ella? Me ayudó a que mi esposa se recuperara de una grave enfermedad que tenía.
Ella es la reina de nuestra casa, y hoy estoy aquí para agradecerle por toda su ayuda”, expresó Pedro Sánchez, quien llegó en bicicleta.