La UEFA Champions League vivió otro de esos partidos inolvidables, en los que la emoción y el drama se conjugan, con la épica victoria del Benfica por 2-3 sobre el Mónaco en el Stade Louis II.
Liderados por un Ángel Di María en estado de gracia, los portugueses remontaron el marcador y pusieron fin a la racha invicta del conjunto monegasco en la máxima competición europea. Este triunfo revitaliza al Benfica, que escala al decimocuarto lugar con nueve puntos, mientras que el Mónaco cae a la octava posición.
El primer tiempo fue una batalla de emociones. El Mónaco tomó la iniciativa desde el comienzo, presionando al Benfica y generando peligro constante. Esa intensidad dio frutos cuando Ben Seghir abrió el marcador tras una excelente jugada colectiva. Sin embargo, el gol despertó al Benfica, que comenzó a generar ocasiones de la mano de Pavlidis y Di María, aunque este último falló una clara oportunidad frente a Majecki.
El duelo también estuvo cargado de tensión. El árbitro mostró seis tarjetas amarillas en los primeros 45 minutos, pero evitó expulsar a Carreras pese a una falta que podría haber cambiado el curso del encuentro.
El segundo tiempo comenzó con un ritmo frenético. Embolo casi aumenta la ventaja para el Mónaco, pero su disparo se estrelló contra el poste. En el minuto 48, Henrique cometió un error fatal que permitió el empate del Benfica. Sin embargo, la alegría portuguesa duró poco, ya que Akliouche anotó para el Mónaco, aunque el VAR anuló el gol. La misma suerte corrió el Benfica poco después, con un tanto de Bah invalidado tras una brillante jugada de Di María.
La situación se complicó aún más para el Mónaco cuando Singo fue expulsado por doble amarilla. Pese a estar con un jugador menos, los locales no se rindieron, y Magassa volvió a adelantar a su equipo con una jugada de gran calidad.
El Benfica no se dio por vencido, y fue entonces cuando Ángel Di María asumió el protagonismo absoluto. El argentino primero asistió a Cabral para empatar el encuentro, y luego volvió a aparecer con otro pase perfecto que permitió a Amdouni anotar el gol definitivo.
Con esta actuación, Di María demostró por qué sigue siendo uno de los jugadores más decisivos del fútbol mundial, guiando a su equipo a una victoria crucial que revitaliza sus esperanzas en el torneo.
El Mónaco, que llegó a ser segundo en el torneo durante algunos momentos del partido, ahora debe replantear su camino tras caer al octavo lugar. El Benfica, por su parte, recupera la confianza y mantiene viva la posibilidad de avanzar en esta intensa fase previa de la Champions League.