El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, hizo un fuerte llamado a la Unión Europea para proteger el actual modelo de gobernanza del fútbol europeo, que considera inclusivo, redistributivo y democrático, frente a propuestas como la Superliga, que tildó de egoístas y destructivas. Ceferin subrayó la importancia de garantizar la estabilidad y la unidad del sistema futbolístico, al tiempo que destacó que la ley debe proteger este modelo y no favorecer a quienes buscan destruirlo por intereses personales y de poder.
El dirigente esloveno se refirió a las amenazas que han surgido en los últimos años contra este modelo, destacando la amenaza de la Superliga, un proyecto que intentó fragmentar el fútbol europeo y que fue un factor importante en la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en diciembre de 2023, que consideró que las restricciones impuestas por la FIFA y la UEFA sobre competiciones como la Superliga violaban el Derecho de la UE.
Ceferin hizo hincapié en que el modelo de la UEFA ha sido exitoso gracias a la redistribución de ingresos, resaltando que el 97% de las ganancias netas de la UEFA se destinan a fortalecer el fútbol, especialmente en áreas clave como el fútbol juvenil, femenino y de base. En este contexto, pidió a los estados miembros de la UE que apoyen una política deportiva sólida que proteja la conexión entre el fútbol europeo y las competiciones domésticas, así como el equilibrio entre las selecciones nacionales y los clubes, que sustenta el modelo de solidaridad y desarrollo del deporte.
En respuesta al discurso de Ceferin, la comisaria europea Mairead McGuinness indicó que la Comisión Europea está preparando una nueva estrategia sobre el modelo deportivo, y varios países de la UE defendieron la importancia de reforzar la gobernanza del deporte sin romper su estructura solidaria. Portugal y Alemania pidieron un refuerzo del deporte base, mientras que Dinamarca propuso un modelo compartido de cogestión, y Luxemburgo abogó por una redistribución más equitativa de los recursos. España, a través de su presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, destacó el deporte como un derecho histórico y defendió su rol como industria sostenible, impulsando valores como el juego limpio y el respeto en el deporte.