El camino para pensar en la postemporada se le ha empezado a complicar a los San Francisco 49ers.
La derrota en Lambeau Field ante los Green Bay Packers por 38-10 los ha dejado en un serio problema, de cara a la recta final de la campaña.
Tal como se esperaba, la baja de su mariscal de campo, Brock Purdy, les terminó pesando, con un Brandon Allen que solo completó 17 de 19 pases y firmó un pase anotación; pero la ofensiva estuvo muy alejada del potencial que ha llegado a mostrar, sobre todo cuando estaban Christian McCaffrey, Geroge Kittle, Jauan Jennings, Deebo Samuel y Kyle Juszczyk en el campo.
Además, la defensiva nunca pudo encontrar la fórmula para parar el ataque de los locales, que en cada uno de los cuatro cuartos reflejaron su superioridad con puntos en el marcador. El corredor de los Packers, Josh Jacobs, se robó los reflectores, al ser el autor de tres anotaciones para 106 yardas en 26 acarreos.
Esta situación dejó en el sótano a los 49ers con cinco victorias, y tras la derrota de Arizona, sumada a la victoria de Seattle, ya es más de un equipo que está a un juego de diferencia en el Oeste de la Conferencia Nacional.
Lo peor para San Francisco viene cuando no tiene la certeza de saber si podrán contar con Purdy para la visita a Buffalo la siguiente semana, en un juego en donde pueden sellar su destino en la temporada.