La tiroides es una glándula pequeña en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello, justo debajo de la nuez de Adán.
Su función principal es producir hormonas que regulan importantes procesos en el cuerpo, como el metabolismo, el ritmo cardíaco, la presión arterial y la temperatura corporal.
En condiciones normales, no es posible palpar la tiroides, pero cualquier cambio en su tamaño o forma puede ser indicativo de un problema que necesita atención médica.
El cáncer de tiroides, aunque menos común que otros tipos de cáncer, ha mostrado un aumento en los últimos años. De acuerdo con la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), esta enfermedad representa un desafío diagnóstico, ya que en sus primeras etapas suele ser asintomática. Comprender cómo funciona la tiroides y las alteraciones que puede experimentar es clave para detectar el cáncer de forma temprana.
¿Qué es el cáncer de tiroides y por qué puede pasar desapercibido?
El cáncer de tiroides se desarrolla cuando las células de la glándula tiroidea comienzan a crecer de forma anormal. Existen varios tipos de cáncer de tiroides, siendo el papilar el más frecuente y el que ha experimentado un aumento en su incidencia en los últimos años. Este tipo de cáncer suele manifestarse de forma subclínica, es decir, sin síntomas evidentes en sus etapas iniciales.
A pesar de que la mayoría de los cánceres de tiroides crecen de manera lenta y son tratables, algunos pueden ser más agresivos y requerir atención inmediata. Gracias a los avances tecnológicos, como la tomografía computarizada y la resonancia magnética, ahora es posible detectar tumores pequeños que antes pasaban desapercibidos, lo que mejora las posibilidades de tratamiento exitoso.
Señales de alerta: ¿qué síntomas debes vigilar?
En las primeras etapas del cáncer de tiroides, los síntomas son poco frecuentes. Sin embargo, conforme la enfermedad progresa, pueden aparecer algunas señales como:
- Un bulto palpable en el cuello.
- Cambios en la voz, como ronquera persistente.
- Dificultad para tragar o sensación de presión, especialmente al usar ropa ajustada.
- Dolor en el cuello o la garganta.
- Inflamación en los ganglios linfáticos del cuello.
Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante consultar a un especialista. La detección temprana del cáncer de tiroides aumenta considerablemente las posibilidades de un tratamiento efectivo y exitoso.