Un equipo de investigadores de la Universidad de California, en San Diego, ha desarrollado un parche portátil de ultrasonido que permite monitorear la presión arterial de forma continua, lo que podría transformar la forma en que las personas gestionan su hipertensión.
El parche, del tamaño de un sello postal, se adhiere a la piel en el antebrazo y funciona enviando y recibiendo ondas de ultrasonido que miden los cambios en el diámetro de los vasos sanguíneos. Estos cambios se convierten en valores de presión arterial, proporcionando datos en tiempo real sobre las fluctuaciones de la presión.
Características clave del parche:
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Medición continua: A diferencia de los medidores tradicionales de presión arterial, que solo proporcionan lecturas puntuales, el parche ofrece un flujo constante de datos, permitiendo observar tendencias detalladas de la presión arterial a lo largo del tiempo.
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Precisión comparable a dispositivos invasivos: Las pruebas realizadas en pacientes de cuidados intensivos y en situaciones como cateterismos cardíacos demostraron que las mediciones del parche son similares a las de un dispositivo invasivo que se inserta directamente en una arteria, utilizado en entornos médicos para un monitoreo continuo y preciso.
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Pruebas en diversas condiciones: El parche ha sido probado en una variedad de actividades cotidianas, como andar en bicicleta, comer, levantar los brazos, meditar y cambiar de posición (de sentado a de pie). En todos los casos, las lecturas fueron muy similares a las obtenidas con los tradicionales manguitos de presión arterial.
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Aplicaciones para diagnóstico y tratamiento: El parche tiene el potencial de ofrecer una alternativa no invasiva para aquellos que necesitan un monitoreo constante, como pacientes con hipertensión. También podría mejorar el diagnóstico y el tratamiento, especialmente en condiciones como la hipertensión enmascarada o el síndrome de la bata blanca, donde las lecturas de presión varían dependiendo de la situación.
Próximos pasos:
El equipo de investigación planea refinar el dispositivo y realizar ensayos clínicos a gran escala para confirmar su efectividad en un entorno más amplio.
Este avance podría facilitar un monitoreo más preciso y constante de la presión arterial, permitiendo a los pacientes y médicos gestionar mejor la hipertensión y reducir los riesgos asociados con enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud relacionados.