Ponerse en forma realmente puede ayudar a mantener a raya la demencia

Una nueva investigación realizada en Suecia sugiere que las personas cuyos genes las ponen en un alto riesgo de demencia podrían mitigar este riesgo mediante un ejercicio regular que mejore su aptitud cardiorrespiratoria (CRF). La CRF se refiere a la capacidad de los sistemas circulatorio y respiratorio para suministrar oxígeno a los músculos, una función que disminuye con la edad.

El estudio, dirigido por Weili Xu del Centro de Investigación sobre el Envejecimiento del Instituto Karolinska en Estocolmo, analizó datos de más de 61,200 personas de entre 39 y 70 años, que participaron en el Biobanco del Reino Unido. A lo largo de un seguimiento de hasta 12 años, los investigadores encontraron que un CRF alto se asociaba con una mejor función cognitiva y un menor riesgo de demencia. Además, un CRF alto podría reducir el impacto del riesgo genético de demencia en un 35%.

Los participantes comenzaron el estudio sin demencia y fueron evaluados en términos de CRF mediante una prueba de esfuerzo, caminando o pedaleando en una bicicleta estática durante seis minutos. También se les realizó pruebas cognitivas y se midió su riesgo genético de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Durante el seguimiento, 553 personas (un 0.9%) fueron diagnosticadas con demencia.

Los resultados mostraron que las personas con un CRF alto experimentaron un retraso de casi 1.5 años en el inicio de la demencia en comparación con aquellos con un CRF bajo. Además, el riesgo de demencia se redujo un 35% entre los participantes con un CRF alto y un riesgo genético moderado o alto para la enfermedad de Alzheimer.

Aunque el estudio no demuestra una relación causal, los investigadores sugieren que mejorar la CRF podría ser una estrategia preventiva para la demencia, incluso en personas con una alta predisposición genética a la enfermedad de Alzheimer. Los autores concluyen que se necesitan más estudios para entender cómo la CRF puede afectar la salud cerebral y cómo interactúa con el riesgo genético de demencia. Los hallazgos fueron publicados en la edición del 19 de noviembre de la revista British Journal of Sports Medicine.

 

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