Un estudio reciente ha mostrado que los medicamentos GLP-1, como Ozempic, Wegovy, Mounjaro y Zepbound, están llevando a un aumento en el desperdicio de alimentos en los hogares de los usuarios, especialmente entre aquellos que recién comienzan a tomar estos tratamientos.
Los medicamentos GLP-1 funcionan haciendo que la comida sea menos atractiva al afectar la saciedad y reducir el apetito, lo que provoca que las personas coman menos. Según el estudio realizado por Brian Roe de la Universidad Estatal de Ohio, el 25% de los encuestados afirmaron que desperdiciaban más alimentos desde que comenzaron a usar los medicamentos, aunque este porcentaje disminuye a medida que las personas se acostumbran al tratamiento.
El estudio encuestó a 505 nuevos usuarios de GLP-1 y observó que el desperdicio de alimentos era más alto entre los usuarios más recientes (30% de aquellos que llevaban menos de 90 días tomando el medicamento). Las náuseas fueron citadas como una de las principales razones para tirar la comida, y también se observó que los usuarios comenzaron a evitar ciertos tipos de alimentos como pasta, carbohidratos, fritos, dulces y lácteos, a la vez que aumentaron el consumo de verduras, proteínas y grasas saludables.
En cuanto al impacto económico, Roe sugirió que, si bien los usuarios de GLP-1 probablemente gastarían menos en alimentos debido a una menor ingesta, aún no está claro si este ahorro podría compensar el costo de los medicamentos. Se planea un estudio futuro para investigar cómo estos cambios en los hábitos alimenticios pueden influir en las finanzas domésticas de los usuarios de GLP-1.
El estudio también encontró que los usuarios de GLP-1 experimentaron una pérdida promedio del 20% de su peso corporal inicial después de al menos un año de uso.