El Atlético de Madrid logró una victoria en casa ante el Alavés (2-1), pero lo hizo tras una remontada complicada, marcada por frustraciones durante gran parte del partido.
A pesar de dominar la posesión, el equipo de Simeone encontró dificultades para crear oportunidades claras de gol ante una defensa del Alavés bien organizada y resistente. Fue un penalti de Antoine Griezmann al minuto 74 y una asistencia decisiva de Rodrigo de Paul a Alexander Sorloth en el 86 lo que permitió al Atlético dar vuelta al marcador y quedarse con los tres puntos.
Este tipo de victorias, aunque importantes, deberían hacer reflexionar al Atlético. A pesar de que el triunfo mantiene al equipo en la lucha, el juego desplegado no estuvo a la altura de las expectativas. La falta de fluidez y de capacidad para desarticular a un equipo bien organizado como el Alavés pone de manifiesto las limitaciones de un Atlético que, desde hace semanas, ha mostrado signos de estar lejos de su mejor nivel. La victoria, sin embargo, da margen para la mejora.
En cuanto a Simeone, el técnico fue aclamado antes del partido por alcanzar los 700 partidos al frente del club, lo que representa un hito importante en su carrera. Sin embargo, el equipo que dirige ya no es el mismo que alcanzó grandes éxitos en el pasado. Si bien sigue utilizando principios de su fútbol más tradicional, como la solidez defensiva y los contraataques rápidos, el Atlético actual no refleja la misma intensidad ni la misma capacidad de presión que los caracterizaba en sus mejores momentos.
Además, el equipo parece estar aún buscando su identidad. La transición desde un juego defensivo sólido hacia una mayor creatividad ofensiva con fichajes como Julián Álvarez y Alexander Sorloth no ha terminado de cuajar. A pesar de la calidad individual de jugadores como Griezmann, el equipo sigue mostrando problemas en cuanto a la fluidez de su juego ofensivo y la solidez de su defensa. En este partido, por ejemplo, se vio una defensa que no fue tan firme como en otros tiempos, lo que permitió al Alavés adelantarse con un gol que llegó de un penalti a los 7 minutos, tras una mano fortuita.
El Atlético, a pesar de las dudas y de no haber sido tan efectivo en ataque o defensa, consiguió finalmente la victoria. Pero esta también pone en evidencia la necesidad de mejorar y redefinir el estilo de juego, especialmente en partidos donde el equipo debe tomar la iniciativa y enfrentarse a rivales cerrados y organizados.