Agregar anticoagulantes al tratamiento de la fibrilación auricular no previene los EVC, sino que ayuda a la cognición

Una investigación reciente sugiere que los medicamentos anticoagulantes utilizados para controlar el ritmo cardíaco no deberían considerarse como una medida para prevenir el deterioro mental, según los hallazgos de un estudio presentado en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón en Chicago.

Este estudio, el primer ensayo grande en investigar si los anticoagulantes pueden reducir el riesgo de deterioro cognitivo, accidente cerebrovascular o mini accidente cerebrovascular (AIT) en adultos con fibrilación auricular (FA), encontró que estos medicamentos no ofrecen beneficios en ese sentido. La fibrilación auricular es un latido cardíaco irregular que puede causar problemas graves como insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares, y se ha asociado también con el deterioro mental.

La Dra. Lena Rivard, líder del estudio y profesora asociada de medicina en la Universidad de Montreal, señaló que, aunque existen estudios observacionales que sugieren una relación entre la fibrilación auricular y el deterioro cognitivo, la terapia con anticoagulantes no redujo este riesgo en adultos relativamente jóvenes con FA. Por lo tanto, recomendó que los pacientes sigan las pautas estándar para cuidar su salud cognitiva, como llevar un estilo de vida saludable, participar en actividades que estimulen el cerebro y mantener una rutina de ejercicio regular.

El equipo de investigación analizó el anticoagulante rivaroxabán, que suele recetarse a pacientes mayores de 65 años en riesgo de accidente cerebrovascular, como aquellos que han tenido un ACV previo, mini ACV, hipertensión, diabetes o insuficiencia cardíaca. El estudio, que incluyó a más de 1,200 adultos, mostró que el riesgo de ACV en pacientes más jóvenes con FA es bajo, lo que concuerda con las recomendaciones actuales sobre tratamiento.

El estudio, que inicialmente planeaba un seguimiento de cinco años, concluyó antes de lo previsto, tras tres años y medio, debido a la falta de beneficios cognitivos observados con el medicamento. Los participantes, que tenían un promedio de 53 años y fibrilación auricular sin otros factores de riesgo para ACV, fueron divididos en dos grupos: uno que recibió 15 mg diarios de rivaroxabán y otro que recibió un placebo. Durante casi cuatro años de seguimiento, el 20% de los participantes experimentaron deterioro cognitivo, accidente cerebrovascular o AIT, sin diferencias significativas entre los dos grupos.

Rivard destacó que en la práctica clínica, las personas menores de 65 años con fibrilación auricular suelen ser tratadas excesivamente con anticoagulantes, mientras que los mayores de 65, que deberían recibir tratamiento, a menudo no lo hacen adecuadamente. El estudio respalda las pautas actuales al confirmar que los adultos jóvenes con FA, sin otros factores de riesgo, tienen una baja tasa de ACV y que la anticoagulación no ayuda a reducir el deterioro cognitivo.

Es importante mencionar que los resultados presentados en conferencias aún son preliminares hasta que se publiquen en revistas revisadas por pares.

 
 

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