Joshua Walker, residente de Florida, no se preocupa por su salud durante las festividades, a pesar de las tentaciones de pasteles, galletas y dulces en las reuniones navideñas. Esto se debe a que sigue una dieta equilibrada y una rutina de ejercicios que le permite disfrutar de algunas indulgencias.
"Si mi abuela hace una tarta de manzana que lleva mi nombre, me comeré una rebanada. Sé que no me va a hacer daño", afirmó Walker. "Siempre puedes volver a la normalidad, y disfrutar de algunas comidas festivas no debería desviarte de tus objetivos."
Según una encuesta reciente de Orlando Health, casi el 40% de los estadounidenses se preocupan por desviar sus hábitos alimenticios saludables durante las fiestas. Sin embargo, los dietistas coinciden con Walker en que no hay necesidad de sentirse culpable por disfrutar de las delicias navideñas.
"Las festividades ocurren una vez al año, y disfrutar de platos tradicionales con más azúcar o grasa no afectará tu salud ni desbaratará tus hábitos saludables", explicó Sara Riehm, dietista registrada en el Centro de Salud para el Mejoramiento de la Salud de Orlando. "De hecho, la ansiedad por el aumento de peso es mayor que el aumento real de peso durante las fiestas", añadió Riehm.
La encuesta reveló que muchas personas se hacen daño al intentar corregir en exceso sus indulgencias navideñas. Por ejemplo, un 25% de las personas creen que deben saltarse comidas antes de una fiesta para ahorrar calorías, pero esto puede llevar a comer en exceso.
Riehm sugiere que es mejor tener una comida ligera y balanceada antes de las celebraciones, que incluya proteínas y fibra, para evitar el hambre y tomar decisiones más saludables. Además, un 33% de las personas piensan que deben "desintoxicarse" después de las festividades, lo cual no solo es ineficaz, sino también potencialmente peligroso. "El cuerpo ya tiene mecanismos naturales de detoxificación a través del hígado y los riñones, por lo que los jugos o suplementos no son necesarios", explicó Riehm.
En lugar de seguir consejos erróneos, Riehm recomienda consultar a un dietista registrado que pueda ofrecer un plan personalizado para las fiestas. Esto es especialmente importante porque, como señaló Walker, algunas de las elecciones que pensaba eran saludables, como consumir grandes cantidades de carbohidratos y frutas, no eran lo más adecuado para su salud.
Riehm también advirtió que las personas deben asegurarse de consultar con un dietista registrado, ya que, a diferencia de los "nutricionistas" no certificados, los dietistas son los únicos que pueden ofrecer terapia nutricional médica en entornos de atención de la salud.
Con un plan de estilo de vida sólido, es posible disfrutar de las fiestas sin que una o dos indulgencias afecten la salud general. "Una dieta saludable debe ser flexible para ser sostenible a largo plazo", concluyó Riehm. "La consistencia es clave, y una comida poco saludable no tendrá un gran impacto en la salud si el resto del estilo de vida es equilibrado".