El neurocientífico Ignacio Morgado relata que hace años conoció a un joven de unos 25 años que había sufrido un accidente de moto. Aunque el chico estaba sentado, comía, bebía, orinaba, dormía y se despertaba, no interactuaba con nadie.
"Nunca supe si este joven era consciente pero incapaz de comunicarlo, o si realmente no estaba consciente", comenta Morgado. Este caso es similar al de muchas personas que, tras una enfermedad o un accidente, quedan en estado vegetativo, a veces con los ojos abiertos y movimientos esporádicos, pero sin poder hacer un gesto que confirme que escuchan cuando les hablan.
Recientemente, un equipo internacional de científicos publicó un estudio con 241 pacientes en diversos hospitales, y concluyeron que uno de cada cuatro presenta algún grado de conciencia. Este trabajo, publicado en The New England Journal of Medicine, busca responder a una pregunta angustiante para los familiares de quienes no están completamente perdidos: "¿Nos escucha? ¿Sabe que estamos aquí?", ya que estas personas pueden recuperar conciencia en algunos casos, pero permanecer en coma durante años o incluso décadas. "Es una pregunta angustiante para las familias: ¿deberían desconectarlos?", plantea Morgado.
En seis centros de investigación, los científicos midieron la actividad cerebral de los pacientes, que parecían ajenos a su entorno, cuando se les pedía imaginarse realizando actividades como jugar al tenis. En uno de cada cuatro pacientes, el cerebro generó señales similares a las que producen las personas sanas al hacer lo mismo, en las mismas áreas del cerebro, lo que se interpreta como una señal de que aún conservan cierto grado de conciencia.
Este no es el primer estudio de este tipo. Adrian Owen, uno de los autores, cuenta que en la década de 1990 comenzó a observar actividad cerebral en pacientes vegetativos cuando les mostraban imágenes o reproducciones de voces. Aunque al principio no comprendían el significado de esta actividad, Owen tuvo un momento "eureka" al darse cuenta de que necesitaban hacer que los pacientes realizaran tareas que no pudieran ser respuestas automáticas. Estos estímulos activaban dos áreas del cerebro en resonancia magnética funcional, tanto en pacientes sanos como vegetativos. En 2007, publicaron estos hallazgos en Science.
Desde entonces, otros investigadores han obtenido resultados similares, con el uso de diferentes técnicas como el encefalograma, aunque los porcentajes de pacientes con cierta conciencia eran generalmente más bajos que en este nuevo estudio. Este trabajo reciente, con más pacientes y realizado en varios centros simultáneamente, ha generado conclusiones más concluyentes.
"Antes pensábamos que el porcentaje de pacientes con algún grado de conciencia era del 15% al 20%, pero puede ser mayor", afirma Davinia Fernández-Espejo, de la Universidad de Birmingham. Añade que uno de los próximos pasos será estandarizar las pruebas y los análisis, para que puedan aplicarse de manera coherente en diferentes hospitales, y que estos datos sirvan para mejorar los tratamientos.
El equipo de Fernández-Espejo también propuso una explicación para el hecho de que algunas personas conscientes no puedan comunicarse. Encontraron que existe una desconexión en las fibras que conectan el tálamo con las áreas del cerebro responsables del movimiento. Esto ocurre en pacientes conscientes que no pueden moverse voluntariamente, aunque sí de forma espontánea. Están explorando técnicas de estimulación eléctrica para intentar restaurar la movilidad de estos pacientes.
Además, se está considerando la posibilidad de usar implantes cerebrales, similares a los utilizados por personas con esclerosis lateral amiotrófica, para permitir que algunos pacientes en estado vegetativo puedan recuperar algo de comunicación.
Aunque los estudios sobre la conciencia en pacientes vegetativos pueden ofrecer esperanza a sus familias, esto no garantiza que los pacientes se recuperen o que se pueda aplicar un tratamiento efectivo. A pesar de los avances, lo que sucede en la mente de estas personas sigue siendo un misterio sin resolver. Sin embargo, Owen señala que para los familiares es probablemente menos doloroso saber que el paciente está consciente pero atrapado en su cuerpo, que ignorar si está consciente o no. "Lo más común es que los familiares prefieran saber que la persona sigue ahí, aunque no pueda comunicarse", concluye.