Dado el riesgo cardiovascular asociado al embarazo, es crucial realizar un seguimiento estricto a partir del cuarto trimestre, ya que esta etapa puede influir en el desarrollo futuro de enfermedades cardíacas. Este tema fue abordado en el simposio sobre el riesgo cardiovascular en mujeres a lo largo de su vida, durante el Congreso SEC24 de la Salud Cardiovascular.
La Dra. Carolina Ortiz, coordinadora del proyecto Mujer y Corazón de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), subrayó la importancia de estar alerta ante ciertas condiciones que pueden surgir durante el embarazo, como la hipertensión gestacional (preeclampsia) y la diabetes gestacional, ya que ambas incrementan el riesgo de insuficiencia cardiaca. En particular, la diabetes gestacional duplica el riesgo de eventos cardiovasculares en el futuro.
Por su parte, la Dra. Milagros Pedreira, cardióloga del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, destacó que el embarazo es un verdadero "test de esfuerzo", debido a la sobrecarga de volumen sanguíneo, el estado protrombótico e inflamatorio, entre otros factores. Esto convierte al embarazo en una situación de riesgo cardiovascular, especialmente para aquellas mujeres con enfermedades previas, aunque también aumenta la probabilidad de sufrir infartos agudos de miocardio, ictus y otras afecciones cardiovasculares en mujeres sin antecedentes.
Estas patologías, que pueden surgir durante el embarazo, dejan secuelas a largo plazo, por lo que es fundamental mantener un seguimiento cercano durante el cuarto trimestre y más allá. Los cambios metabólicos y endoteliales ocurridos durante esta fase pueden predisponer a problemas futuros como insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular, demencia, enfermedad renal y otras afecciones. La Dra. Pedreira enfatizó que la historia ginecológica/obstétrica debe considerarse un marcador de riesgo y registrarse como tal en la historia clínica.