Testimonio
Consejo
¡Ay, querido! A veces, en el amor se nos va la emoción por delante, y a los tres meses, ¡bam! ya estamos escogiendo cortinas y tratando de decidir de quién es el turno de lavar los trastes. Y sí, es maravilloso imaginarse el “felices para siempre,” pero a veces vivir juntos tan rápido puede hacer que el castillo de cuentos de hadas se convierta en campo de batalla en cuestión de semanas. Mira, pedir un poquito de espacio no es un fracaso, es estrategia: el amor a veces necesita aire fresco.
Así que, si sientes que una mudanza podría ser la varita mágica, lánzate. Con suerte, esa pequeña distancia hará que las chispas vuelvan. Y si no, pues al menos evitarás pelearte por quién dejó el cartón de leche vacío en el refri. ¡Ánimo y a ver si esa magia del inicio reaparece con un poco de espacio!