Entrevista a Lucio García Flores

Boxeador y bolero, oficios de vida que me enorgullecen

Lucio García vivió la "época de oro" del boxeo en Piedras Negras y Eagle Pass, una etapa que difícilmente se repetirá. Tras su retiro, encontró su lugar en el Mercado Zaragoza, trabajando como lustrador de calzado. Un oficio que, según él, le ha dado todo y que no se arrepiente de haber elegido nunca.

¿Ha sido complicado todo esto? "De ninguna manera. Es mejor un oficio o una profesión que andar robando o drogándose. Esto me ha dado suficiente para tener patrimonio, una familia y muchos amigos en el trabajo. Algunos dirán cosas feas o torcerán la boca, pero para Lucio García ha sido una experiencia bonita, de la cual me enorgullezco. Y lo más importante, mi familia y amigos me respetan."

¿Fuiste boxeador profesional?
"Sí, poco tiempo, porque duelen los guamazos. Pero terminé con récord ganador y mucha gente todavía se acuerda de mis peleas, algo que agradezco profundamente hoy en día. Hubo un momento en que pude seguir peleando, me sentía seguro, había peleas cada quince días o un mes, y había dinero, pero una lesión acabó con mi carrera. Fue en el brazo y ya no pude más. Te queda esa sensación de seguir en lo que más te gusta, pero así es la vida."

¿Te tocó vivir la época dorada?
"¡Qué tiempos! Creo sinceramente que eso no volverá jamás a Piedras Negras. Es muy complicado porque faltan promotores que quieran apostarle, y desde luego, uno o dos ídolos que jalen gente a los gimnasios. Porque talento hay suficiente, pero se acaban en el gimnasio. Se dan cuenta que no hay peleas ni funciones, entonces terminan por colgar los guantes sin siquiera haber tenido tantas peleas profesionales, lo cual es una tristeza porque he visto muchos jóvenes con futuro y ganas, lo ves en sus ojos."
García Flores pertenece a la época de los peleadores finos y aporreadores, como los "Chamacos" Cuenca, Miguel "Veneno" Rodríguez, Lalo Capetillo de Eagle Pass, Texas, o los hermanos Javier y Armando “Shibuya” Díaz, "Osito" Ramírez, Javier "Rayo" Ramírez. También a los empresarios y promotores como Miguel “Tigre” Rodríguez, Luis Alberto De León “La Cana” o el “Zurdo” González, todos grandes personajes.

¿Cómo llegaste al Mercado a bolear? "Con el dinero que gané, compré un localito. Con el paso de los años nos mudaron de un lugar a otro, y finalmente nos quedamos en el Mercado Zaragoza, donde sigo trabajando en lo que más me gusta. No en lo que sé hacer, porque le hago de todo. 
Déjame decirte que no es un oficio malo al contrario es el mejor. 
De verdad gano más dinero que en otros lugares, como en las maquiladoras, por ejemplo. 
De aquí salió para mi casa, la educación de mi familia y los alimentos. Gracias a Dios sigue saliendo."

¿Te gusta lo que haces? "Claro, me gusta mi trabajo, mi rutina en el mercado, mis amigos y compañeros, la gente que viene a bolearse. Todo eso se convierte en tu familia. Luego sales del trabajo y en casa a cuidar a tus hijos, a tu esposa, a pasarla en familia y a divertirse sanamente en todos los sentidos."
¿Algún consejo para los jóvenes? "Vale más un trabajo digno que robar en tu colonia o a tu familia para comprar drogas.
En verdad, todo se puede en la vida, solo hace falta ganas y mucho corazón. Lo más importante te lo da Dios, que es la salud, así que no le pidas más y ponte a trabajar, échale ganas."
Lucio nació en Piedras Negras, en la populosa colonia Bravo, conocida por su gente brava. 
De allí se iba todos los días hasta el Gimnasio Municipal, que luego fue bautizado como "Beto Estrada" en honor al mejor mánager nigropetense.

¿Cuál fue el último ídolo que conociste? "En Piedras Negras me gustaba mucho el 'Veneno' Rodríguez, también Lalo Capetillo, que llegó a ubicarse entre los mejores pesos welters del mundo. También Javier Díaz, quien consiguió el único campeonato nacional para Piedras Negras en la categoría de peso mosca."

¿Alguien importante que viene a tu bolería? "Hay muchos. Mira, el difuntito Fernando Purón era buena onda, platicaba mucho, era muy alegre. 
También viene Lalo Capetillo y nos acordamos de las peleas. Lalo fue grande y pegaba fuerte. 
Hay mucha gente que viene a bolearse y a que le platique y le recuerde los nombres de los mejores peleadores de Piedras Negras y Eagle Pass, lo que hago con gusto y me entristece recordarlo, pero me gusta mucho mi trabajo."

 

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