Si desea envejecer de manera saludable, comience por dormir bien. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Médica de Wenzhou (China) ha revelado que los cambios en los patrones de sueño con el paso de los años están vinculados a una menor probabilidad de un envejecimiento saludable.
La investigación, publicada en BMC Public Health, define el envejecimiento saludable en base a cinco componentes clave: la ausencia de enfermedades crónicas graves como diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares; la capacidad de realizar actividades diarias de manera independiente, como vestirse, bañarse o comer; la función cognitiva normal, evaluada mediante pruebas como entrevistas, tareas de memoria y dibujo; una buena salud mental, medida por un bajo puntaje en la escala de depresión, y la participación activa en la vida social, que incluye actividades como reunirse con amigos o asistir a eventos comunitarios.
El estudio se basó en una muestra de 3,306 participantes chinos, sin enfermedades crónicas en 2011, que tenían 60 años o más en 2020. Se analizaron sus patrones de sueño, incluyendo las horas de descanso nocturno y las siestas diurnas, durante los años 2011, 2013 y 2015.
Los resultados revelaron cinco patrones de sueño distintos: estable-normal, estable-largo, decreciente, creciente y estable-corto. Tras ajustar los datos por edad, sexo y nivel educativo, se observó que los participantes con patrones de sueño creciente o corto estable tenían menos probabilidades de tener un envejecimiento saludable, con probabilidades ajustadas de 0,64 y 0,48, respectivamente. El patrón decreciente también mostró una tendencia negativa, aunque no fue estadísticamente relevante. Por otro lado, el patrón estable-largo no presentó diferencias significativas en comparación con el patrón estable-normal.
En general, solo el 13.8% de la muestra cumplió con los criterios de envejecimiento saludable en 2020. Estos hallazgos subrayan la importancia de mantener una duración de sueño estable y adecuada para un envejecimiento saludable, y destacan la necesidad de estrategias de salud pública centradas en mejorar la calidad del sueño, especialmente en China, que enfrenta un envejecimiento acelerado y crecientes desafíos de salud.