El bienestar de los estadounidenses varía significativamente según la región, según un estudio reciente. Los residentes del sur de EE. UU., los Apalaches y los estados del Cinturón del Óxido tienen las puntuaciones más bajas en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), una medida que evalúa la esperanza de vida, la educación y los ingresos. Por otro lado, las regiones con los niveles más altos de bienestar incluyen partes de Colorado, Maryland, Nueva York, California, Virginia y Washington, D.C.
El Dr. Christopher Murray, investigador principal del estudio y director del Instituto de Evaluación de Métricas de Salud de la Universidad de Washington, destacó que este estudio subraya la necesidad urgente de que los legisladores, educadores y expertos en salud pública tomen medidas para abordar las desigualdades estructurales en EE. UU., especialmente ahora que una nueva administración federal se prepara para enfrentar los desafíos sociales, económicos y de salud del país.
El IDH, creado originalmente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, fue adaptado por los investigadores para medir el bienestar en EE. UU. basándose en los años de educación, los ingresos del hogar y la esperanza de vida. En general, el IDH promedio de EE. UU. aumentó entre 2008 y 2019, pero disminuyó en 2020 debido a los efectos de la pandemia de COVID-19.
El estudio también reveló que el 10% de la población estadounidense con las puntuaciones más bajas en el IDH incluye una proporción significativa de afroamericanos, nativos de Alaska e indios americanos, así como también una parte importante de hombres latinos. Aunque los hombres blancos representaron un alto porcentaje del grupo con menor bienestar, fueron los hombres afroamericanos e indios americanos/nativos de Alaska quienes estuvieron más representados en este grupo.
Además, los hallazgos muestran que los estadounidenses más jóvenes también enfrentan dificultades. Por ejemplo, solo el 5% de los hombres blancos de entre 25 y 44 años se encontraban en el segmento de mayor bienestar, mientras que esta cifra aumentaba al 49% en los mayores de 85 años.
Las disparidades reveladas en el estudio son vistas como un llamado a la acción, subrayando las consecuencias sociales a largo plazo de no abordar estas brechas. Según Laura Dwyer-Lindgren, una de las investigadoras principales, es esencial abordar las desigualdades históricas y sistémicas en el acceso a oportunidades para reducir las brechas económicas y sociales y crear un futuro más justo y saludable para todos.
El estudio también encontró que los estadounidenses de origen asiático y las mujeres blancas tienen mayores niveles de bienestar en general. Las mujeres asiático-americanas, por ejemplo, tienen la esperanza de vida más alta del país, con 88 años, mientras que los hombres nativos de Alaska y afroamericanos tienen la esperanza de vida más baja, de 77 años. Además, las mujeres en todos los grupos raciales tienen una esperanza de vida más larga que los hombres.
Los resultados del estudio fueron publicados el 7 de noviembre.