Con una mirada de total impotencia, Rocío señaló que las autoridades del IMSS en Monclova, tanto directivos como médicos, no le han dado una respuesta clara.
Una vez más, el personal de la Clínica 7 del Seguro Social en Monclova ha dejado en evidencia una total negligencia médica que pone en riesgo la vida de un niño de apenas 8 años. Leo Gael Rodríguez, quien padece síndrome nefrótico y lleva tiempo dializándose debido a la gravedad de su condición, es la nueva víctima de una serie de errores que, lamentablemente, no son nuevos para quienes sufren la falta de atención y respuesta del IMSS.
El pasado martes, la madre de Leo, Rocío Rodríguez, llevó a su hijo a una sesión de hemodiálisis en la clínica 7. Sin embargo, lo que debería ser un procedimiento de rutina se transformó en un viacrucis de angustia. Según relató Rocío, el enfermero encargado de realizar la limpieza del catéter que el pequeño tiene implantado cometió un error fatal: le extrajo el catéter por completo, sin contar con el repuesto necesario para colocar uno nuevo.
La situación se complicó aún más cuando la dirección de la clínica contactó a la clínica del IMSS de Monterrey, solo para ser informados de que allí tampoco había catéter disponible y que no podían realizar la operación.
Ante la desesperación, se les sugirió acudir a la clínica de ciudad Acuña, donde nuevamente la respuesta fue negativa. “No hay nada que puedan hacer”, expresó Rocío entre lágrimas. Lo peor de todo es que, mientras las horas pasan, el estado de salud de Leo se deteriora rápidamente. La madre, devastada y desesperada, explica que su hijo ya no puede respirar adecuadamente, su salud empeora cada minuto que pasa sin recibir el tratamiento que tanto necesita.
Con una mirada de total impotencia, Rocío señaló que las autoridades del IMSS en Monclova, tanto directivos como médicos, no le han dado una respuesta clara ni siquiera en cuanto a lo que procede a seguir. La única opción que le han dado es que pague un catéter por más de 20 mil pesos, dinero que no tiene y que, según la madre, “están condenando a mi hijo a morir sin remordimientos, sin importarle lo que pase”.
“Lo que quiero es que mi hijo viva. Ya no sé a quién recurrir, ya no sé qué hacer. Solo pido que alguien me ayude, lo que sea. No quiero perder a mi hijo por la negligencia de unos cuantos. Ellos me dicen que no hay nada que hacer, pero sé que hay algo, que hay alguien que puede salvarlo”, relató Rocío con la voz quebrada.
Esta madre lucha no solo por la vida de su hijo, sino también por el derecho a la salud que le corresponde, un derecho que el sistema de salud pública ha fallado en garantizarle. Hoy, Leo Gael Rodríguez depende de la solidaridad de los ciudadanos, de su empatía, para poder costear el tratamiento y la operación que tanto necesita.
La historia de Leo Gael y su madre es una tragedia silenciosa, una de esas historias que no deberían suceder en un país que se jacta de contar con un sistema de salud para todos. Pero hoy, Leo necesita más que palabras: necesita acción, necesita ayuda. Si no, lamentablemente la negligencia médica acabará con su vida, y con ello, se llevará una parte de la esperanza de una madre que solo clama por la oportunidad de ver a su hijo sonreír de nuevo.