Un estudio reciente realizado en Noruega ha revelado que las mujeres embarazadas con síndrome de ovario poliquístico (SOP), una afección caracterizada por la presencia de quistes en los ovarios y otros síntomas, tienen mayores probabilidades de dar a luz a bebés con bajo peso. Este riesgo aumenta aún más si la mujer con SOP también es obesa.
El autor principal del estudio, el Dr. Eszter Vanky, explicó que, en mujeres con peso normal que padecen SOP, los bebés nacen con un peso más bajo en comparación con aquellos nacidos de mujeres sin la afección. Sin embargo, las diferencias son mucho más notorias en las mujeres con SOP que además son obesas. Los bebés en este grupo no solo tienen un peso menor al nacer, sino también una menor estatura y circunferencia cefálica.
Vanky, profesor de medicina clínica y molecular en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, señaló que el síndrome de ovario poliquístico es una condición hormonal común que afecta a aproximadamente una de cada ocho mujeres, y que generalmente se presenta junto con la obesidad. Esto complicaría aún más la salud de las madres y de sus hijos.
El estudio, que analizó datos de más de 70,000 nacimientos, encontró que los bebés de madres con SOP eran más pequeños, más cortos y tenían una circunferencia cefálica más pequeña, aunque este efecto se intensificaba en el caso de las mujeres obesas.
Lo sorprendente de estos hallazgos, según Vanky, es que generalmente la obesidad y el aumento de peso durante el embarazo están asociados con un mayor riesgo de tener bebés grandes. Sin embargo, en el caso de las mujeres con SOP, el resultado es contrario: estos bebés tienden a ser más pequeños que el promedio. La razón aún no está clara, pero los investigadores han observado que las mujeres con SOP tienen una placenta más pequeña, lo que podría dificultar el suministro adecuado de nutrientes al bebé.
Los investigadores también están estudiando los efectos a largo plazo del SOP en la salud de los niños nacidos de estas mujeres. Los datos recopilados sugieren que estos niños tienden a tener más obesidad central, lo que significa que tienen una mayor acumulación de grasa en la zona abdominal. Esto podría ofrecer una oportunidad para brindar orientación sobre el estilo de vida y la dieta, para mitigar los efectos a largo plazo.