Un estudio realizado por investigadores canadienses ha descubierto que aproximadamente 1 de cada 3 personas recién diagnosticadas con cáncer tuvo al menos una visita al departamento de emergencias en los tres meses previos a su diagnóstico. Muchas de estas visitas fueron causadas por síntomas relacionados con el cáncer, según el equipo dirigido por el Dr. Keerat Grewal, médico de emergencias en el Hospital Mount Sinai de Toronto.
Desafortunadamente, en muchos casos, los pacientes reciben la sospecha de un diagnóstico de cáncer mientras están en una sala de emergencias, un entorno que no es ideal para este tipo de situaciones, señaló Grewal. "Los departamentos de emergencias están habitualmente sobrecargados y ofrecen poca privacidad. Recibir una sospecha de cáncer en este ambiente ha sido descrito como una experiencia angustiante por los pacientes", agregó.
Los hallazgos fueron publicados en la edición del 4 de noviembre de la revista Canadian Medical Association Journal. El equipo de Grewal analizó datos del Instituto de Servicios de Evaluación Clínica (ICES) en Toronto, que incluyeron a más de 650,000 pacientes diagnosticados con cáncer en Ontario entre 2014 y 2021.
De los pacientes estudiados, más de un tercio (35%) visitaron un servicio de urgencias en los 90 días previos al diagnóstico. Entre ellos, el 64% tuvo una sola visita, el 23% acudió dos veces y el 13% visitó el departamento tres veces o más. Además, más de la mitad (51%) de los pacientes que visitaron la sala de emergencias antes de su diagnóstico fueron hospitalizados.
Los síntomas que llevaron a estas visitas a menudo estaban relacionados con el cáncer subyacente. Por ejemplo, quienes luego fueron diagnosticados con cáncer de colon presentaban síntomas como obstrucción intestinal y dolor abdominal. Los pacientes con cáncer gastroesofágico a menudo visitaban emergencias por sangrado gastrointestinal, dificultad para tragar y dolor abdominal. Mientras tanto, los diagnosticados con cáncer cerebral tendían a visitar la sala de emergencias debido a síntomas como debilidad, confusión o convulsiones.
Los investigadores destacaron que estos resultados coinciden con estudios previos realizados en el Reino Unido y Estados Unidos.