Los tratamientos actuales para la degeneración macular "húmeda" asociada a la edad a veces no logran mejorar la visión, y ahora los investigadores creen entender por qué.
La DMAE húmeda se produce debido al crecimiento excesivo de vasos sanguíneos en la retina, el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo. Estos vasos sanguíneos filtran líquidos o sangran, lo que daña la retina y provoca pérdida de visión.
Para tratar esto, los médicos recetan medicamentos anti-VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular) que inhiben la formación de nuevos vasos sanguíneos. Sin embargo, estos medicamentos pueden contrarrestar los avances en la visión al provocar la sobreexpresión de una segunda proteína relacionada con los vasos sanguíneos, según los investigadores.
Esa proteína, llamada ANGPTL4, también puede inducir la producción excesiva de vasos sanguíneos anormales en la retina, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences el 4 de noviembre.
Estos hallazgos podrían explicar por qué menos de la mitad de los pacientes que reciben inyecciones mensuales de anti-VEGF experimentan mejoras significativas en su visión. Según el Dr. Akrit Sodhi, investigador principal y profesor asociado de oftalmología en la Universidad Johns Hopkins, se había observado previamente un aumento de ANGPTL4 en pacientes que no respondían bien al tratamiento anti-VEGF.
El estudio comparó los niveles de VEGF y ANGPTL4 en el líquido ocular de 52 pacientes con DMAE húmeda, todos tratados con anti-VEGF. Tras el tratamiento, los niveles de VEGF disminuyeron, pero los de ANGPTL4 aumentaron, lo que podría favorecer un crecimiento excesivo de vasos sanguíneos perjudiciales.
Posteriormente, el equipo de investigación exploró cómo reducir los niveles de ANGPTL4 usando un medicamento experimental en ratones con DMAE húmeda. Este fármaco redujo los niveles de VEGF y ANGPTL4, limitando el crecimiento anómalo de vasos sanguíneos.
Los resultados mostraron que combinar el fármaco experimental con los tratamientos anti-VEGF existentes fue más eficaz que usar cualquiera de los dos fármacos por separado en los ratones.
Sodhi concluyó que este trabajo podría mejorar las terapias anti-VEGF para todos los pacientes y ayudar a aquellos con DMAE húmeda que aún pierden visión a pesar del tratamiento. El objetivo es hacer que las terapias actuales sean más efectivas, identificar nuevos tratamientos y prevenir la aparición de la enfermedad.