Valencia y España, quedaron bajo el azote de la DANA, dejando daños, despliegue militar y ayuda humanitaria.
La reciente Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que golpeó con una fuerza devastadora la región de Valencia y otras partes de España ya es considerada una de las peores catástrofes naturales de la historia del país.
La DANA ha dejado tras de sí un saldo oficial de 217 muertos y numerosos desaparecidos, aunque las cifras podrían aumentar a medida que las autoridades logran acceder a áreas previamente incomunicadas. Las intensas lluvias, que comenzaron el pasado viernes, desbordaron ríos y colapsaron infraestructuras, afectando especialmente localidades como Paiporta, Torrent y Massanassa en Valencia, así como Letur en Albacete.
El impacto en Valencia y alrededores
Valencia ha sido una de las áreas más castigadas, con barrios enteros inundados y daños incalculables en viviendas y automóviles. Los residentes de Paiporta y Torrent relatan cómo el agua superó las barreras de contención, alcanzando niveles sin precedentes en los últimos 50 años.
En las zonas rurales, como Massanassa, el temporal ha destrozado cultivos y dejado a muchas familias sin hogar. En el municipio de Letur, en Albacete, la situación no ha sido menos grave: el agua destruyó caminos y colapsó puentes, aislando a los habitantes y dejando atrapados a varios pobladores hasta que llegaron los equipos de emergencia.
La respuesta militar y la ayuda humanitaria
Ante el alcance de la emergencia, la Generalitat Valenciana solicitó refuerzos al Gobierno central, logrando un despliegue sin precedentes de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y del Ejército de Tierra.
Hasta el momento, se han movilizado unos 500 militares que colaboran en las labores de rescate, búsqueda de desaparecidos, limpieza y provisión de ayuda básica a los damnificados. En respuesta a la magnitud de la tragedia, el presidente valenciano, Carlos Mazón, solicitó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el envío adicional de 5,000 soldados. Esta ayuda, que comenzó a desplegarse a partir del viernes, también ha sido respaldada por la comunidad internacional, con equipos de rescate y expertos en emergencias de otros países europeos que han ofrecido su apoyo.
El valor de la solidaridad
Las campañas de ayuda han surgido en todos los rincones de España, con ciudadanos, organizaciones y empresas donando alimentos, ropa y otros suministros esenciales para apoyar a las familias afectadas.
La Cruz Roja y otras ONGs han establecido puntos de recolección de donaciones, mientras que plataformas de crowdfunding recaudan fondos para la reconstrucción de las viviendas más dañadas y para apoyar a las víctimas que han perdido a sus seres queridos.
En medio de este panorama desolador, los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, han visitado las zonas más afectadas. Su presencia ha llevado un mensaje de apoyo y esperanza, brindando aliento a quienes perdieron sus hogares y a los familiares de las víctimas. Los Reyes recorrieron las calles inundadas, conversaron con los afectados y agradecieron la labor de los equipos de emergencia, resaltando la importancia de la unidad y el apoyo mutuo en tiempos de adversidad.
Los daños materiales
La DANA ha causado un daño económico que se estima en 2,600 millones de euros, una cifra que podría aumentar a medida que se evalúan las zonas afectadas. Además de las pérdidas personales, los destrozos en infraestructuras como puentes, carreteras y redes eléctricas han dejado a miles de personas incomunicadas y sin acceso a servicios básicos, lo que plantea un reto adicional para la recuperación.
Las aseguradoras ya están trabajando en el proceso de indemnización para cubrir los bienes materiales, aunque se estima que tomará varios meses, sino años, volver a la normalidad.
Recordatorio de la fuerza de la naturaleza
La DANA en España, especialmente en la Comunidad Valenciana, se ha convertido en un recordatorio trágico de la vulnerabilidad frente a fenómenos naturales extremos.
La respuesta rápida de los servicios de emergencia, el despliegue militar y la movilización de ayuda humanitaria han sido fundamentales para reducir el impacto de esta catástrofe. Sin embargo, el dolor de las pérdidas personales sigue presente en el país, y la reconstrucción física y emocional será un proceso largo para los afectados.