Un estudio reciente muestra que las personas con mayores ingresos y mejor educación tienen un riesgo menor de desarrollar demencia en la vejez.
Aquellos con antecedentes económicos y educativos más favorables son menos propensos a padecer deterioro cognitivo leve y, si lo desarrollan, tienen una menor probabilidad de que progrese a demencia. Además, tienen más posibilidades de revertir el deterioro cognitivo leve y recuperar la salud mental.
El estudio, publicado el 1 de noviembre en Scientific Reports, examinó a más de 8,400 personas mayores de 50 años durante una década. Los resultados mostraron que las personas con educación universitaria tenían un 43 % menos de riesgo de sufrir deterioro cognitivo leve, mientras que estar en el tercio más alto en riqueza reducía en un 26 % el riesgo de progresar de deterioro cognitivo leve a demencia.
Asimismo, los participantes con más recursos económicos tenían un 56 % más de probabilidades de superar el deterioro cognitivo leve, y aquellos con un título universitario presentaban un 81 % más de probabilidad de recuperación. La investigadora Dorina Cadar del University College London destacó que estos hallazgos sugieren que la estabilidad financiera y el acceso a recursos pueden actuar como factores protectores de la salud cerebral, lo que subraya la importancia de políticas que promuevan el bienestar mental y cognitivo.
Aunque el estudio no especifica las razones exactas por las que la riqueza y la educación pueden proteger contra el deterioro cognitivo, el investigador Aswathikutty Gireesh señaló que el estímulo mental de la educación y los trabajos exigentes podría fortalecer la "reserva cerebral". Además, las personas con mayores recursos suelen tener un mejor acceso a cuidados médicos, dietas saludables, ejercicio y atención preventiva, todos elementos que respaldan la salud cognitiva y pueden ayudar a mejorar la función cerebral si el deterioro se detecta tempranamente.