El acoso entre adolescentes en Estados Unidos sigue siendo un problema significativo, con más de un tercio (34%) de ellos afirmando haber sido acosados en el último año, según datos recientes del gobierno.
El informe, elaborado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), define el acoso como el comportamiento agresivo que se repite a lo largo del tiempo, donde la víctima se siente incapaz de defenderse. Los datos provienen de una encuesta de salud juvenil realizada entre jóvenes de 12 a 17 años entre mediados de 2021 y finales de 2023.
Las niñas reportaron ser acosadas más frecuentemente que los niños, con tasas del 38.3% frente al 29.9%, según el equipo liderado por Amanda Ng, investigadora del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los CDC. Además, las tasas de acoso disminuyeron ligeramente con la edad: el 38.4% de los jóvenes de 12 a 14 años informaron haber sido acosados, en comparación con el 29.7% de los adolescentes de 15 a 17 años.
Un grupo particularmente vulnerable son los adolescentes LGBTQ+, con casi la mitad (47.1%) de ellos reportando haber sido acosados en el último año. Investigaciones previas han demostrado que el acoso puede tener efectos psicológicos duraderos, afectando el bienestar y los resultados de salud mental.
Los nuevos datos confirman esto, revelando que las tasas de ansiedad son significativamente más altas entre los jóvenes que han sido acosados (29.8%) en comparación con aquellos que no lo han sido (14.5%). Del mismo modo, las tasas de depresión también fueron más elevadas entre los acosados, con un 28.5% frente a un 12.1%.
Los autores del estudio concluyen que la victimización por acoso en la infancia y la adolescencia tiene consecuencias a largo plazo y representa un problema de salud pública de importancia nacional. Los hallazgos fueron publicados el 30 de octubre en la revista NCHS Data Brief.