México saboreó el campeonato de Dodgers
Los Angeles Dodgers se coronaron campeones de la Serie Mundial este martes en el Yankee Stadium y están listos para disfrutar ese desfile, que tanto han dicho que quieren por las calles de su ciudad, el manager Dave Roberts y sus peloteros.
Fue el octavo título de su historia, el segundo en cuatro años y el segundo consecutivo sobre los New York Yankees, después de que hicieron lo propio en 1981.
Los Yankees estuvieron cerca de conseguir su segundo triunfo al hilo que pudiera alargar una serie en la que los Dodgers fueron muy superiores en todos los aspectos del juego. Nueva York tampoco pudo romper el maleficio de que ningún equipo que comenzó el Clásico de Otoño abajo por 0-3 llegó siquiera a un sexto partido, mucho menos para remontar la serie.
Fue difícil el Juego 5 en el que los Dodgers estuvieron abajo la mayor parte del partido, tuvieron que remontar un pizarrón de 5-0 en el tercer episodio. Se repusieron a las adversidades como fue su temporada para proclamarse campeones del beisbol de las Grandes Ligas.
LOS DODGERS JAMÁS SACARON LA BANDERA BLANCA
Los Dodgers nunca se rindieron, a pesar de estar en desventaja dos veces, desde el principio del partido.
Estaban abajo 2-0 en la primera entrada y 5-0 en la segunda. Pero aprovecharon errores de los Yankees para igualar el juego 5-5 con sus cinco carreras en el quinto inning.
Carreras producidas de Mookie Betts, Freddie Freeman y Teoscar Hernandez; los últimos dos con par de anotaciones en su cuenta respectiva.
Errores infantiles de Aaron Judge, a quien se le cayó del guante un elevado de rutina; Anthony Volpe, un mal tiro de las paradas cortas a la tercera base, y Anthony Rizzo, aunque este fue marcado infield hit, se quedó con la pelota en la mano sin correr a tocar la primera, quizá porque el pitcher Gerrit Cole tampoco fue a cubrir la base.
Después se volvieron a reponer de una desventaja de 6-5 que tenían en la sexta entrada con ataque en el octavo episodio.
EL RELEVO RESPONDIÓ EN MOMENTOS TRASCENDENTES
El relevo de los Dodgers con trabajo, y sacando lo mejor de ellos mismos, se dobló pero casi nunca se rompió este martes en el Yankee Stadium.
Salieron con el daño mínimo después de que obligaron a los Yankees a dejar 10 hombres en las bases, incluidos ocho en posición de anotar.
Los Dodgers impidieron carrera en el cierre de la misma quinta entrada en la que igualaron el partido, a pesar de que los Yankees llenaron la casa ante la algarabía de la mayor parte de los aficionados.
Poco importó a buena parte del bullpen que el lanzador Jack Flaherty sólo hubiese durado 1.1 innings, cuando recibió cinco carreras limpias. Cuatro de seis relevistas aguantaron el partido sin recibir anotaciones, entre ellos Blake Trainen, quien en inning y un tercio silenció los bats de los Yankees cuando parecía que sellaban el partido en las últimas tres entradas.