La psoriasis es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel que afecta a aproximadamente 60 millones de personas en todo el mundo, incluyendo alrededor de 2.5 millones en México.
Cada 29 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Psoriasis, con el objetivo de recordar a la sociedad los desafíos cotidianos que enfrentan los pacientes, quienes lidian con más que solo un problema cutáneo. Esta condición deja huellas tanto físicas como emocionales.
La psoriasis es un trastorno inmunomediado en el que los linfocitos T, que son células del sistema inmunológico, se activan de manera inapropiada, lo que provoca una producción acelerada de queratinocitos, las células que componen la epidermis. Esto resulta en la formación de placas rojizas cubiertas de escamas blanquecinas, que frecuentemente aparecen en áreas visibles como las manos y el rostro. Esta visibilidad incrementa el riesgo de discriminación y afecta gravemente la calidad de vida de quienes la padecen.
La Dra. Lorena Estrada Aguilar, dermato-oncóloga del Hospital Trinidad, comenta: "El reto de vivir con psoriasis va mucho más allá de la piel. Las personas no solo enfrentan síntomas físicos, sino también el estigma y la falta de comprensión". Esta falta de empatía se traduce en aislamiento social, ya que muchas personas erróneamente creen que la psoriasis es contagiosa.
Además de los síntomas visibles, la psoriasis conlleva un fuerte componente emocional y psicológico. Según el Dr. Carlos Francisco Pérez Beltrán, asesor científico de Bristol Myers Squibb México, "esta enfermedad impacta no solo en la apariencia física de los pacientes, sino que también afecta su salud mental, aumentando significativamente el riesgo de depresión y ansiedad".
Los pacientes, en su mayoría adultos jóvenes en plena edad productiva, también enfrentan cargas económicas y sociales, ya que comorbilidades como la artritis, el síndrome metabólico y problemas cardiovasculares agravan su situación. Un diagnóstico temprano y preciso es fundamental, pero muchos llegan a consulta después de haber recibido diagnósticos erróneos y tratamientos inadecuados, lo que deteriora aún más su bienestar.
Esperanzas en tratamientos y apoyo integral
Aunque no existe una solución definitiva para la psoriasis, hay tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes. Las opciones incluyen terapia tópica, fototerapia y tratamientos sistémicos (medicamentos orales o inyectables), que pueden ayudar a aliviar los síntomas. Sin embargo, muchos pacientes en México se enfrentan a la falta de opciones avanzadas que ya están disponibles en otros países y que prometen mejores resultados y comodidad en su administración.
Lucila Careaga de Castro, directora de la Asociación de Pacientes Autoinmunes con Procesos Inflamatorios (PAU, A.C.), subraya la importancia de un enfoque multidisciplinario en el tratamiento de la psoriasis. "Es esencial abordar no solo las lesiones cutáneas, sino también las comorbilidades y el estado emocional de cada paciente. El apoyo psicológico y el respaldo de un equipo médico especializado ayudan a mejorar su calidad de vida y a manejar mejor la enfermedad", destaca.
Crear conciencia para mejorar la calidad de vida
El Día Mundial de la Psoriasis invita a la sociedad mexicana a comprender que esta condición no se limita a problemas cutáneos, sino que impacta todos los aspectos de la vida de quienes la padecen. Desde la autoestima hasta la capacidad de interactuar socialmente, la psoriasis se convierte en un obstáculo constante.
Los expertos enfatizan la importancia de difundir información correcta para eliminar el estigma asociado a la psoriasis y mejorar el acceso a tratamientos avanzados. En un mundo donde la apariencia puede influir en el trato que recibimos, fomentar la empatía y la comprensión es el primer paso hacia una vida más digna y plena para quienes enfrentan esta enfermedad.