San Narciso de Jerusalén: Un faro de fe en tiempos de adversidad
San Narciso de Jerusalén es venerado como un santo y fue obispo de Jerusalén en el siglo II. Es conocido por su santidad, sabiduría y longevidad, ya que según algunas tradiciones, vivió hasta los 116 años. Su festividad se celebra el 29 de octubre.
Vida
Nacido en el siglo II, se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, pero se estima que consolidó el cargo de obispo alrededor del año 180 dC. Durante su tiempo como obispo, Narciso fue conocido por su capacidad para resolver disputas y por su gran piedad. Una de las intervenciones más notables de su episcopado fue la cuestión de la fecha de la Pascua. Narciso presidió un concilio en Palestina donde se inició que la Pascua se debía celebrar siempre en domingo, en línea con la tradición de Roma.
Su vida no estuvo exenta de dificultades. Fue falsamente acusado de un crimen grave por tres personas. Sin embargo, Narciso decidió retirarse al desierto para llevar una vida de penitencia y oración. Durante su ausencia, la comunidad creyó que había muerto, y Jerusalén pasó por un período sin liderazgo episcopal claro. Años después, los calumniadores confesaron su mentira, y Narciso fue invitado a regresar a su puesto como obispo.
Obra
San Narciso se destacó por su liderazgo espiritual y por la firmeza con la que defendía la fe cristiana en tiempos de persecución. Se le atribuyen varios milagros. El más conocido ocurrió en la Vigilia de Pascua, cuando, según la leyenda, transformó agua en aceite para las lámparas de la iglesia, ya que el aceite escaseaba. Este milagro reafirmó la fe de la comunidad y consolidó su reputación de santidad.
Tras su regreso del retiro, Narciso continuó sirviendo a la comunidad cristiana de Jerusalén hasta una edad muy avanzada. Eventualmente, debido a su avanzada edad y las limitaciones físicas, nombró a San Alejandro como coadjutor para ayudarle en sus tareas episcopales.
Patronazgo
San Narciso es considerado el patrón de los ancianos, probablemente debido a su longevidad y el hecho de que continuó sirviendo a su comunidad hasta una edad muy avanzada. Es un modelo de perseverancia en la fe, incluso en medio de calumnias y dificultades.
La vida de San Narciso de Jerusalén es un ejemplo de santidad, paciencia y servicio a la Iglesia, marcada por su dedicación a la oración y su capacidad para perdonar a quienes lo difamaron injustamente.
Versículo del día
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Romanos 12:9