Los bebés expuestos a aire contaminado parecen desarrollar tasas más altas de alergia al maní a medida que crecen, aunque no se observa el mismo patrón en otras afecciones del sistema inmunitario, como la alergia al huevo o el eczema, según un estudio realizado por investigadores australianos.
La razón detrás de la conexión específica con la alergia al maní aún no está clara, explicó el Dr. Diego López, autor principal del estudio y profesor en la Universidad de Melbourne.
"Los contaminantes del aire pueden tener un efecto irritante e inflamatorio que podría intensificar la respuesta proalérgica del sistema inmunitario, lo que a su vez podría favorecer el desarrollo de alergias alimentarias", indicó López, quien es parte de la Facultad de Población y Salud Global de la universidad. Sin embargo, resaltó la necesidad de investigar más a fondo los mecanismos que vinculan la contaminación del aire con el aumento del riesgo de alergia al maní, y por qué otras afecciones como el eczema y la alergia al huevo no se ven afectadas de la misma manera, según un comunicado del Instituto de Investigación Pediátrica Murdoch (MCRI).
El estudio involucró a casi 5,300 niños de Melbourne, que fueron inscritos a la edad de 1 año y seguidos hasta los 4, 6 y 10 años. El equipo de López analizó datos sobre la contaminación del aire en los vecindarios donde residían los niños, enfocándose en partículas finas (PM2.5) y dióxido de nitrógeno (NO2). A medida que aumentaban los niveles de contaminación del aire, también se incrementaban las probabilidades de que un niño desarrollara alergia al maní, confirmaron los investigadores mediante pruebas de provocación alimentaria, consideradas el "estándar de oro" para el diagnóstico.
La investigadora y profesora asociada del MCRI, Rachel Peters, quien no participó en el estudio, mencionó que el aumento en la prevalencia de alergias ha coincidido con el crecimiento de la urbanización, sugiriendo que factores ambientales podrían estar contribuyendo a este fenómeno.
Los hallazgos serán publicados en la edición del 23 de octubre de la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice.
Eleanor Jenkin, residente de Melbourne, cuya hija de 8 años, Mae, padece una grave alergia al huevo, subrayó la importancia de esta investigación para las familias que enfrentan alergias alimentarias. "Hay múltiples factores detrás de la epidemia de alergias, y si niveles más altos de contaminación del aire están afectando su prevalencia y persistencia, es un descubrimiento significativo", comentó. "Nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de los niños con alergias y reducir la cantidad de niños que enfrentan lo que Mae ha pasado. Cuanto más sepamos sobre cómo prevenir las alergias, mejor".