Las lluvias, fuertes vientos y marejadas han provocado daños en infraestructuras públicas, viviendas y la agricultura, además de forzar la evacuación de varios miles de personas.
Al menos seis personas murieron este lunes por las fuertes lluvias y las inundaciones provocadas por el paso de la tormenta tropical Óscar por el extremo nororiental de Cuba, informó la Defensa Civil.
El jefe del departamento de Operaciones del Estado Mayor General de la Defensa Civil, Argenis Perales Pérez, explicó que las muertes se produjeron en el municipio San Antonio del Sur, en la provincia de Guantánamo (este).
Óscar, que entró en Cuba como huracán de categoría 1 (de 5) en la escala Saffir-Simpson el domingo por la tarde, pasó algo más de 24 horas sobre la isla, acompañado de fuertes vientos, intensas lluvias y marejadas.
La tormenta abandonó suelo cubano sobre las 19:20 hora local (23.20 GMT) en las proximidades de Gibara (noreste).
Las lluvias, fuertes vientos y marejadas han provocado daños en infraestructuras públicas, viviendas y la agricultura, además de forzar la evacuación de varios miles de personas.
Óscar se juntó con el apagón que sufren los cubanos desde hace cuatro días, lo que suscitó algunas protestas menores en zonas de La Habana ante advertencias del gobierno contra eventuales desmanes.
El gobierno suspendió las clases y las actividades no vitales hasta el jueves mientras se recupera el sistema energético nacional que colapsó el viernes, pero continúa con la operación de servicios básicos como hospitales y bombeo de agua.
En las madrugadas del fin de semana hubo algunas protestas en barrios populares que no habían recibido nada de corriente como Centro Habana y Santos Suárez, constató The Associated Press. Varias docenas de vecinos hacían sonar sonaban sus cacerolas, algunos pocos en las calles y otros desde sus balcones.
El presidente Miguel Díaz-Canel reconoció el domingo por la noche que la gente estaba disgustada por la falta de luz. “Hay toda una capacidad desde el partido y otras organizaciones para dar respuesta a las inquietudes de la población, siempre que sea de manera decente, organizada, civilizada y disciplinada”, dijo el mandatario, que advirtió que “no vamos a permitir que nadie actúe provocando hechos vandálicos y mucho menos alterando la tranquilidad ciudadana de nuestro pueblo”.
La Habana, la ciudad más grande del país y hogar de dos millones de personas, lucía semiparalizada el lunes. Las autoridades dijeron que el transporte sería normal, pero se veían pocos autobuses y carros en las calles.