¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un tiempo para descansar?
En pleno 2024, vivimos en una época donde se ha vuelto casi imposible separar el tiempo libre de las obligaciones.
Ya sea el trabajo, la escuela o incluso los quehaceres del hogar, muchas veces ocupamos nuestro tiempo de descanso para otras responsabilidades. Y eso no es descansar.
Piénsalo. Después de una larga semana, ¿qué es lo primero que hacemos cuando tenemos un momento libre?
Probablemente, arreglar la casa, hacer las compras o ponernos al día con cosas que no pudimos hacer antes.
Incluso, tratamos de cumplir con las expectativas sociales, como estar a la moda o mostrar en redes que “aprovechamos” nuestro tiempo.
Todo eso no es descanso, porque en lugar de recargarnos, seguimos en un ciclo de productividad.
El filósofo alemán Byung-Chul Han, en su libro La sociedad del cansancio, nos dice que vivimos en una era de autoexplotación, donde incluso en nuestro tiempo libre nos sentimos obligados a ser productivos.
Esto genera una sensación de fatiga crónica y de estar siempre agotados, porque el descanso real se ha vuelto algo ajeno a nosotros.
El descanso no es solo “dejar de trabajar”. Es reconectar contigo mismo, con tus seres queridos.
Es hacer pausas verdaderas para conocerte.
Sócrates decía: “Conócete a ti mismo”. Pero, ¿cómo puedes conocerte si nunca te das el espacio para estar contigo? Nos hemos desconectado tanto de esa idea que, en los momentos de ocio, nos cuesta no estar haciendo algo “útil” para otros.
¿Y qué pasa cuando no sabemos descansar?
Nos enfermamos. Nos sentimos insatisfechos y estresados, y eso repercute en todas nuestras relaciones.
Arianna Huffington habla de esto en su libro The Sleep Revolution, donde explica cómo la falta de verdadero descanso puede destruir nuestra creatividad, productividad e incluso nuestra felicidad.
Descansar no es un lujo, es una necesidad.
Debemos aprender a decir “no” a esa presión constante de estar ocupados. Date el tiempo de estar contigo, de disfrutar de una caminata sin prisas, de leer un libro sin sentir culpa, o simplemente de pasar un rato con quienes amas. Esos momentos son los que realmente nutren nuestra mente y espíritu. Y es ahí donde surge el verdadero descanso. Descansar no es perder el tiempo. De hecho, es todo lo contrario. Es invertir en ti, en tu bienestar, en tus relaciones. Como dijo Oscar Wilde: Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo. Rescatemos lo humano: Aprender a descansar, es parte de aprender a vivir de verdad.
¿O tú qué opinas?