La muerte del sacerdote Marcelo Pérez Pérez reabre el debate sobre la violencia y la inseguridad en la región
El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, de origen tzotzil, nacido en la comunidad Chichelalhó, del municipio de San Andrés Larráinzar, fue baleado esta mañana por sicarios que se movían en una motocicleta, cuando circulaba entre las calles Peras y Manzanas, del barrio de Cuxtitali, al oriente de esta ciudad.
El sacerdote que se ordenó en el seminario de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, el 6 de abril del 2002, cuando estaba al frente el obispo Felipe Arizmendi Esquivel, viajaba en una camioneta Nissan de color blanco, sin protección oficial, cuando fue agredido. Había salido de la misa de las 7 de la parroquia de Cuxtitali, cuando ocurrió el ataque armado, informaron autoridades.
Los primeros en llegar al sitio, fueron ciudadanos que se acercaron al vehículo, que presentaba varios disparos de arma de fuego en el parabrisas izquierdo. Algunas personas llamaron al 911, pero los paramédicos ya nada pudieron hacer porque el sacerdote no tenía signos vitales.
Elementos de la Policía Municipal, Guardia Nacional, Ejército y Policía Estatal Preventiva (PEP) preservaron el lugar donde ocurrió el ataque, en espera del arribo de peritos y agentes del Ministerio Público.
El 13 de septiembre, durante la peregrinación por la paz que se realizó en Tuxtla, capital de Chiapas, con la participación de las tres diócesis, el sacerdote Marcelo Pérez Pérez, participó en la caminata, donde declaró que la violencia se había desbordado en Chiapas. “Ya no se aguanta y cuando expresa la Iglesia de esta manera es un mensaje de esperanza en que tenemos que hacer algo por la paz”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había pedido el 1 de septiembre del 2015, la medida cautelar 506-14, para el sacerdote, pero también contaba con una orden de aprehensión por la desaparición forzada de 21 hombres que desaparecieron el 26 de julio del 2021, en el municipio de Pantelhó. “Sin embargo, en cierta medida es contradictoria que el gobierno me proteja, porque también me ha sacado una orden de aprehensión. Es contradictoria la forma de proceder del gobierno”, reveló el 13 de septiembre.
La orden de aprehensión en contra de Pérez Pérez fue solicitada por la Fiscalía General de Chiapas, el 21 de junio del 2022, al Juzgado de Control y Tribunal de Enjuiciamiento del Distrito de San Cristóbal de las Casas, 11 meses después de la desaparición de los 21 hombres.
Ese 26 de julio, los habitantes de Pantelhó criticaron al sacerdote Pérez Pérez de no haber evitado que los 21 hombres fueron raptados por miembros del grupo paramilitar El Machete, que horas después fueron llevados a la comunidad San José Tercero, donde desaparecieron.
El sacerdote había estado en los municipios de Simojovel, donde había encabezado peregrinaciones en contra de la drogadicción y el alcoholismo. Ahí estuvo diez años.
Pero también había estado en la parroquia de San Pedro Chenalhó, municipio habitado por indígenas tzotziles, donde permaneció por dos años. El 14 de agosto del 2011 dejó Chenalhó para trabajar en Simojovel.
Actualmente era párroco de la iglesia del barrio de Guadalupe, del municipio de San Cristóbal de las Casas. La iglesia de Cuxtitali, donde ocurrió el atentado se encuentra en la calle Magnolia número 5.
El cuerpo del sacerdote será trasladado hacia el Servicio Médico Forense (Semefo).
Minutos después del atentado, doblaron las campanas de la parroquia de Guadalupe, que estaba a su cargo, mientras que un grupo de mujeres entonó rezos alrededor del lugar donde estaba el cuerpo de Marcelo Pérez Pérez.