'Cocinar es compartir un pedazo de tu alma; hazlo con alegría'.
En el corazón de Monclova, donde los sabores auténticos de la comida mexicana se entrelazan con historias de superación y determinación, encontramos a Nora Adriana Trocoli Verástegui. A sus 51 años, esta mujer ha convertido su pasión por la cocina en un legado que se ha consolidado a lo largo de 12 años a través de su exitoso negocio, Tacos Nora.
Desde muy joven, Nora aprendió a cocinar bajo la tutela de su madre, quien le inculcó el amor por los platillos caseros. Sin embargo, su camino no ha sido fácil. Tras migrar a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades, enfrentó la pérdida de su esposo y la necesidad de empezar de nuevo. Regresó a Monclova y, con valentía y esfuerzo, fundó su primer puesto de tacos, el cual rápidamente se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de la buena comida.
Hoy, Nora junto a su hija Lesly dirige tres locales que ofrecen una variedad de tacos y quesadillas, preparados con ingredientes frescos y el mismo amor que le enseñó su madre. A pesar de enfrentar desafíos personales, incluyendo una discapacidad en una pierna, su compromiso con su familia y su negocio es inquebrantable. En esta entrevista, Nora comparte su inspiradora historia y su deseo de seguir deleitando a sus clientes con sus deliciosos platillos.
Nora, cuéntanos. ¿Cómo nació tu amor por la cocina y cómo influyó tu madre en tu vida culinaria?
“Desde que tenía ocho años, mi mamá me enseñó a cocinar. Ella era muy buena en la cocina, y desde pequeña siempre estuve cerca de ella, aprendiendo. Me fascinaba ver cómo mezclaba los ingredientes y creaba platillos deliciosos con lo poco que teníamos. Esa fue la base de todo lo que hago hoy en mis negocios. Ella me inculcó la importancia de hacer las cosas con amor y dedicación”.
Sabemos que tu vida no ha sido fácil. ¿Cómo fue tu experiencia migrando a Estados Unidos y qué te llevó a regresar a Monclova?
“Cuando decidí irme a Estados Unidos, fue buscando una mejor oportunidad, como muchos. Allá conocí al padre de mi hija, y aunque la vida nos fue bien al principio, todo cambió cuando él falleció.
Fue un golpe muy duro, y con una hija pequeña, me di cuenta de que necesitaba volver a mis raíces, a Monclova. Regresar fue empezar de cero, pero no me arrepiento porque aquí he encontrado mi camino y he sacado adelante a mi familia”.
¿Cómo fue ese comienzo de cero en Monclova y qué te motivó a poner tu primer puesto de tacos?
“Al regresar a Monclova, comencé vendiendo tortillas de harina para sobrevivir. Caminando a mi casa conocí a Don Pedro, dueño del local donde ahora está mi primer negocio. Él y su esposa me animaron a poner mi puesto de tacos. Yo les dije que no tenía cómo pagar la renta, pero me dieron la oportunidad de trabajar tres meses sin cobrarme, y si me iba bien, entonces comenzaría a pagar. Esa confianza fue un regalo enorme, y así nació Tacos Nora”.
¿Cómo ha sido para ti crecer hasta tener tres negocios, pese a las dificultades que has enfrentado, incluida tu discapacidad?
“Ha sido un reto enorme, pero con perseverancia y mucho trabajo lo he logrado. Tengo una discapacidad en una pierna, pero nunca he dejado que eso me detenga. Me levanto a las tres de la mañana todos los días para preparar los guisos, y me reparto entre los tres locales para estar presente en cada uno de ellos. Es mucho trabajo, pero lo hago por mi hija y mi nieta de 4 años. Ellas son mi mayor motivación”.
¿Qué significa para ti que Tacos Nora haya hecho grandes amigos y clientes fieles en estos 12 años?
“Es lo más bonito de este negocio. No solo vendo tacos y quesadillas, sino que he conocido a personas maravillosas. Muchos clientes se han convertido en amigos y esa conexión es muy especial. Saber que la gente sigue regresando porque les gusta lo que hago y confían en mí es una de las mayores recompensas”.
¿Cuáles son los platillos que más disfrutan tus clientes en Tacos Nora y qué los hace tan especiales?
“Lo tradicional son los tacos y quesadillas de asado, cortadillo, picadillo, chicharrón, frijoles, prensado, machacado, papas con chorizo y nopales. Pero también preparamos platillos más elaborados para la hora de la comida, como albóndigas con chipotle, milanesa con arroz, chiles rellenos. Todo lo hacemos al momento, con ingredientes frescos, y creo que eso es lo que los hace tan especiales, el amor con el que los preparo”.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado en estos años de trabajo y cómo lo has superado?
“El mayor desafío ha sido la constancia. Tener tres negocios implica mucho esfuerzo y tiempo. Mi discapacidad ha sido otro reto, pero nunca he permitido que eso me detenga.
Me organizo para poder estar presente en los tres locales y asegurarme de que todo salga bien. El amor por mi familia y el compromiso con mis clientes me han ayudado a seguir adelante, pase lo que pase”.