En Monclova, un grupo de ex trabajadores ha encontrado en la fabricación de "food trucks" una forma de reinventarse y establecer negocios exitosos.
La quiebra de Altos Hornos de México (AHMSA), que fue en su momento la siderúrgica más grande del país, ha dejado a unos 7,500 obreros sindicalizados en una situación complicada. Sin embargo, para algunos, esta crisis ha abierto una oportunidad para emprender un nuevo camino, aprovechando la experiencia adquirida a lo largo de años de trabajo en la industria. En Monclova, un grupo de extrabajadores ha encontrado en la fabricación de “food trucks” una forma de reinventarse y crear empresas exitosas.
Uno de los ejemplos es “Trevis Food Trailers”, fundado por Edgar Treviño, quien trabajó como jefe de turno en Mantenimiento Mecánico en AHMSA. La empresa comenzó a fabricar cocinetas y remolques, pero rápidamente se adaptó a la demanda del mercado, produciendo vehículos personalizados para peluquerías, dentistas y neverías. Actualmente, la compañía exporta entre 8 y 12 “food trucks” diariamente a Estados Unidos, con destinos en diversos estados como Carolina del Norte, Nebraska, Louisiana, Texas, Arizona y Florida.
La exportación de estos vehículos ha sido un proceso riguroso que implica cumplir con todos los requisitos legales de aduana, incluyendo la colaboración con agentes aduanales en ambos lados de la frontera. Manuel González Bernal, ex dirigente de CANACAR y empresario del transporte, asegura que, a pesar de los desafíos, la exportación de estos vehículos se ha mantenido estable, incluso extendiéndose a mercados internacionales como Hawái y África.
El atractivo de estos “food trucks” radica en la calidad y personalización que ofrecen. Los vehículos incluyen equipamiento especializado, como mesas frías, quemadores, planchas, generadores, sistemas de aire acondicionado, conexiones eléctricas y acabados en acero inoxidable. Además, su naturaleza móvil les otorga ciertas ventajas fiscales, ya que al no ser instalaciones fijas, están exentas de impuestos que se aplican a los locales comerciales convencionales.
El precio de estos vehículos varía según el tamaño y los acabados, con costos que van desde los 150,000 pesos hasta más de 50,000 dólares en el mercado estadounidense. A nivel local, en México, han surgido más empresas que buscan aprovechar el auge, fabricando “food trucks” para el mercado nacional y comenzando a incursionar en el extranjero.
Este nuevo enfoque empresarial no solo ha ayudado a los ex trabajadores de AHMSA a reconstruir sus vidas, sino que también ha diversificado la economía local de Monclova, posicionándola como un referente en la fabricación de “food trucks” a nivel internacional.