Carla Medina disfruta cada una de sus responsabilidades en Pumas y las desempeña con gran pasión, por ello ha logrado ser reconocida
En 2017 el trabajo de Carla Medina aumentó, pero para bien, pues se convirtió en la voz del Estadio Olímpico Universitario y eso le cambió la vida. Primero lo hizo solo para el equipo femenil, luego para el varonil, y desde 2020, su voz es la que le da identidad a la casa de los Pumas. Y aunque desde hace ocho años, detrás del micrófono ubicado en el palomar, ha vivido momentos muy especiales, hay algunos que a ella la dejaron marcada.
“He podido generar mi estilo, antes por el miedo hacia cosas medio raras, pero generé mi estilo. La afición ya me ubica, y es igual de significativo. Las dos son primeras divisiones, los dos son equipos que representan al club y con los dos le echo las mismas ganas. Obviamente con varonil hay más gente y con femenil es más familiar, pero los dos me han dado oportunidades maravillosas.
“Sí hay varios momentos: El primer gol del equipo femenil no se me va a olvidar, de Fabiola Santamaría, decir ese primer gol fue maravilloso; hay minutos de silencio que me han costado mucho trabajo.
“La presentación de Dani Alves, es momento para mí fue crucial porque me tocó ser parte de un momento histórico al presentar a un histórico del futbol en nuestro estadio, la gente estaba desbordada, no me escuchaba, afortunadamente está grabado, yo llorando al final y eso me genera emoción, la gente estaba esperando el momento de la alineación y esa expectativa me tenía super nerviosa y cuando dije: ’Presentándose en su nueva casa…’ la gente no necesitó bocinas, se escuchaba de tal manera que tuve que elevar la voz y sostener el micrófono porque me temblaba la mano, fue un momento histórico y yo lloraba, fue realmente emotivo para mí”, dijo a ESTO con la voz entrecortada y visiblemente emocionada.
¿Cómo se convirtió Carla Medina en la voz oficial de Pumas?
En tanto, Karla, quien trabaja en Pumas desde 2001, relató cómo se convirtió en la voz oficial de CU.
Empecé en 2017 justo cuando empezó el torneo de femenil. Me preguntaron si quería hacerlo, dije que sí, y después en la pandemia con los controles sanitarios tan fuertes íbamos a los partidos a puerta cerrada. Pero los operativos eran muy exigentes y quienes eran las voces en ese tiempo no pudieron ir, y como estaba haciendo mis pininos, fui y se me abrió un panorama totalmente distinto. Todo el tiempo de la pandemia me sirvió de experiencia porque aprendí. Me equivoqué, y estaba consciente de que era una suplencia y que cuando el estadio se abriera al público y regresaran los aficionados. Hasta ahí llegaría mi momento, pero algo hice bien que me dejaron también con varonil y eso para mí fue maravilloso”.