La remolacha, un alimento milenario utilizado desde la Antigua Grecia, ha vuelto a ganar popularidad como un superalimento lleno de beneficios para la salud. Aunque es reconocida por su capacidad para mejorar el rendimiento deportivo, sus ventajas son mucho más amplias. Desde cuidar el corazón hasta estimular la función cerebral, esta raíz tiene mucho que ofrecer.
A continuación, te presentamos cinco beneficios poco conocidos de la remolacha y cómo prepararla para conservar sus propiedades.
1. Potente antioxidante gracias a las betalaínas
Un componente destacado de la remolacha son las betalaínas, los pigmentos responsables de su intenso color púrpura. Estos pigmentos no solo son visualmente atractivos, sino que también poseen un notable poder antioxidante. Investigaciones en Italia han mostrado que las betalaínas pueden incluso destruir células cancerígenas en estudios de laboratorio.
Además de las betalaínas, la remolacha es una fuente rica de nitratos naturales, que, a diferencia de los nitratos de alimentos procesados, tienen efectos beneficiosos en el organismo. Estos nitratos se transforman en óxido nítrico, una molécula que mejora el flujo sanguíneo, brindando beneficios que van desde una mejor oxigenación de los tejidos hasta una posible mejora en la función eréctil.
2. Beneficios para el corazón y la presión arterial
Uno de los principales beneficios de la remolacha es su capacidad para reducir la presión arterial. Consumir dos remolachas al día puede disminuir la presión arterial hasta en 5 milímetros de mercurio, lo que es suficiente para reducir significativamente el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.
El óxido nítrico, producido a partir de los nitratos en la remolacha, ayuda a relajar y dilatar los vasos sanguíneos, favoreciendo un mejor flujo sanguíneo. Esto tiene un impacto positivo en la salud cardiovascular, convirtiendo a la remolacha en un alimento ideal para quienes buscan cuidar su corazón.
3. Estimulante cognitivo
El consumo regular de remolacha también puede mejorar la función cerebral, especialmente en adultos mayores. Se ha demostrado que el jugo de remolacha incrementa el flujo sanguíneo en áreas del cerebro asociadas con la toma de decisiones y la cognición, mejorando así la agilidad mental y potencialmente retrasando el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Cuando se combina con ejercicio, la remolacha puede aumentar la conectividad cerebral en regiones que controlan el movimiento, sugiriendo que su ingesta regular podría contribuir a mantener un cerebro más joven y activo.
4. Mejora del microbioma oral
El jugo de remolacha no solo beneficia al corazón y al cerebro, sino que también promueve la salud bucal. Consumir jugo de remolacha dos veces al día puede mejorar el equilibrio de las bacterias saludables en la boca, lo que favorece una mejor salud vascular y cognitiva. Mantener un microbioma oral saludable ayuda a contrarrestar la disminución de la producción de óxido nítrico que ocurre con el envejecimiento.
5. Mejora del rendimiento físico
Finalmente, uno de los usos más conocidos de la remolacha es su capacidad para aumentar el rendimiento físico. Esto se debe, nuevamente, a su alto contenido de nitratos, que favorecen una mejor oxigenación de los músculos. Un estudio de 2009 demostró que beber jugo de remolacha antes de hacer ejercicio puede incrementar la resistencia física hasta un 16%. Además, los atletas que consumieron remolacha corrieron un 5% más rápido en las etapas finales de una carrera de 5 km, experimentando menos fatiga.
Cómo preparar la remolacha para maximizar sus beneficios
Es importante saber cómo preparar la remolacha para conservar todos sus nutrientes, especialmente los nitratos, que son solubles en agua. Hervir la remolacha puede provocar la pérdida de nitratos en el agua de cocción, por lo que se recomienda evitar este método para maximizar sus beneficios.
En su lugar, es mejor consumirla cruda, asada o en forma de jugo. También es importante considerar que muchas remolachas envasadas ya han sido precocidas, lo que puede reducir su contenido de nitratos. Si prefieres comprarlas preparadas, asegúrate de que no hayan sido cocidas en exceso.