Un estudio reciente reveló que las personas bilingües tienen cerebros más activos y flexibles. Según los investigadores, los escáneres cerebrales mostraron que quienes hablan dos idiomas presentan una mayor conectividad entre diferentes regiones cerebrales, especialmente en aquellos que aprendieron su segundo idioma en la infancia.
Zeus Gracia Tabuenca, investigador postdoctoral de la Universidad McGill en Toronto, explicó que aprender un segundo idioma durante la niñez contribuye a una organización cerebral más eficiente en términos de conectividad funcional. El estudio, publicado el 10 de octubre en la revista Communications Biology, incluyó a 151 participantes que hablaban inglés, francés o ambos idiomas y se sometieron a resonancias magnéticas para analizar la conectividad cerebral.
Los resultados indicaron que aprender un segundo idioma mejora la neuroplasticidad del cerebro, es decir, su capacidad de crear nuevas conexiones. Este efecto es más marcado cuando se adquiere el idioma a una edad temprana, lo que refuerza las conexiones entre el cerebelo y la corteza cerebral.
Los investigadores también señalaron que este aumento en la conectividad cerebral podría potenciar las habilidades cognitivas generales y favorecer el envejecimiento saludable del cerebro. Incluso, podría ayudar en la recuperación tras una lesión cerebral, lo que resalta los beneficios del bilingüismo en la longevidad y la salud cerebral.