Con la entrada en vigor de nuevas disposiciones por parte de las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza, recomendadas por la CDC, se ha vuelto obligatorio que las mascotas que ingresen a los Estados Unidos a través de sus puertos de entrada cuenten con un microchip.
Esta medida no solo permite un control efectivo de las vacunas y procedimientos médicos, sino que también facilita la rápida localización de los animales en caso de extravío.
Servicio. El médico veterinario Gerardo Ferriño señala que la mayoría de las clínicas veterinarias en la ciudad ofrecen esta tecnología a precios accesibles. Aproximadamente el 60% de los clientes son personas que provienen de Estados Unidos, quienes aprovechan su visita para colocar el microchip en sus mascotas. En la Unión Americana, algunas asociaciones proporcionan este servicio de forma gratuita o con una pequeña cuota de recuperación.
Además, el departamento de policía de Eagle Pass ha implementado un programa que ofrece el microchip sin costo, y están a la espera de una segunda campaña tras el éxito de la primera.
El microchip actúa como un método de identificación y prueba de propiedad. Si una mascota se pierde, su localización se facilita al reportar su avistamiento; el veterinario que lo colocó puede acceder a la información mediante un escáner que lee el número en la cartilla. Esta tecnología tiene una vigencia de 12 a 15 años y, en la actualidad, se utiliza únicamente en perros. Es fundamental que el microchip cumpla con la norma ISO para asegurar su eficacia.