Una tragedia impactó a la ciudad de San Luis Potosí en la mañana del viernes 11 de octubre, cuando un hombre de aproximadamente 40 años falleció a causa de un infarto fulminante mientras se ejercitaba en un gimnasio local.
El trágico evento tuvo lugar en el Iron Gym, situado en la Carretera 57, un popular centro de entrenamiento para los habitantes de la zona.
De acuerdo con los informes preliminares, el hombre se encontraba realizando una rutina de fuerza cuando, de manera inesperada, se desmayó frente a las pocas personas que estaban en el gimnasio en ese momento.
Los testigos, alarmados por lo ocurrido, se apresuraron a brindarle primeros auxilios. A pesar de sus esfuerzos por reanimarlo, la situación del hombre se deterioró rápidamente, y los intentos fueron inútiles.
Elementos de Protección Civil y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) llegaron al lugar pocos minutos después de recibir la alerta de emergencia para proporcionarle la atención necesaria. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por estabilizarlo, el hombre fue declarado muerto en el lugar.
El incidente causó gran conmoción entre los presentes, ya que el hombre no había mostrado signos de malestar ni señales de lo que iba a suceder. Su colapso fue tan repentino que no se pudo realizar una intervención temprana, lo que resalta la gravedad del evento cardíaco.
Como parte del protocolo ante una muerte súbita en estas circunstancias, las autoridades locales han solicitado la intervención de la Fiscalía General del Estado (FGE) de San Luis Potosí. Se espera que las investigaciones continúen para esclarecer los detalles del fallecimiento y confirmar las causas de la muerte. Aunque los informes iniciales sugieren que se trató de un infarto, la autopsia será crucial para validar este diagnóstico preliminar.
Este tipo de incidentes, aunque poco frecuentes, plantea interrogantes sobre los riesgos asociados al ejercicio, especialmente en personas con condiciones de salud no diagnosticadas o no atendidas.
El suceso ha reavivado el debate sobre la conexión entre la actividad física y los infartos. Según especialistas en cardiología, el ejercicio regular es una de las mejores maneras de prevenir problemas cardiovasculares, incluidas enfermedades cardíacas e infartos. La actividad física fortalece el corazón, mejora la circulación y ayuda a mantener la presión arterial y el colesterol en niveles saludables.
No obstante, para quienes tienen condiciones cardíacas preexistentes o factores de riesgo no controlados, como hipertensión, colesterol alto, obesidad o antecedentes familiares de enfermedades del corazón, comenzar o mantener una rutina de ejercicio sin la debida supervisión puede incrementar el riesgo de complicaciones. En estos casos, es crucial consultar a un médico antes de iniciar un régimen de actividad física intensa.