Algunos de los entornos más variados del mundo se encuentran en nuestros baños, al menos desde la perspectiva viral. Investigadores tomaron muestras de cepillos de dientes y cabezales de duchas y descubrieron cientos de virus diferentes, muchos de los cuales son inéditos. Afortunadamente, estos virus que atacan bacterias no representan un peligro para los humanos.
El planeta está repleto de innumerables virus, bacterias y otras formas microscópicas de vida. Aunque la mayoría de estos microbios no suponen una amenaza, muchos ofrecen lecciones valiosas sobre su entorno, y algunos podrían tener aplicaciones prácticas, como nuevas estrategias para combatir gérmenes dañinos. Por esta razón, los científicos se muestran siempre interesados en catalogar microbiomas, o comunidades microbianas previamente desconocidas.
La afirmación que lo inició todo
“Los cepillos de dientes y cabezales de duchas contienen fagos que son diferentes a todo lo que hemos visto antes.”
Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern lideró este nuevo estudio, que se publicó el miércoles en la revista Frontiers in Microbiomes. Esta investigación amplía un proyecto anterior denominado Operation Pottymouth. Originalmente, los científicos querían investigar microbiomas bacterianos inexplorados en su entorno cercano.
“Hay tanto sobre el mundo que nos rodea que no comprendemos, incluso cosas que pueden parecer familiares. Comenzamos observando cepillos de dientes y cabezales de duchas porque son fuentes significativas de microbios a los que estamos expuestos, pero no sabemos qué microbios contienen ni qué factores los afectan. Nuestros estudios previos identificaron muchas bacterias, lo cual es interesante en sí mismo,” explicó la investigadora principal, Erica Hartmann, microbióloga y profesora asociada de ingeniería civil y ambiental en la Escuela McCormick de Ingeniería de Northwestern, en una entrevista con Gizmodo. “La ‘próxima frontera’ de la microbiología son los fagos. Hay tantos fagos en el entorno y sabemos muy poco sobre ellos. Así que decidimos empezar simplemente observando lo que tenemos cerca.”
Cómo se realizó el análisis
En esta ocasión, Hartmann y su equipo analizaron los virus que habitan dentro de las bacterias en nuestros cepillos de dientes y cabezales de duchas, un grupo de virus llamados bacteriófagos. Encontraron una cantidad impresionante de fagos en las muestras, con más de 600 virus en total. No identificaron patrones claros entre los virus hallados, aunque los fagos que infectan micobacterias fueron más comunes. Algunas micobacterias son conocidas por causar enfermedades graves en humanos, como la lepra y la tuberculosis.
“Los cepillos de dientes y cabezales de ducha contienen fagos que son únicos. No solo hallamos diferentes fagos en cada cepillo y cada cabezal de ducha, sino que la diversidad encontrada es enorme. Esto no es específico de los cepillos de dientes o las duchas; simplemente hay muchos fagos esperando ser descubiertos,” afirmó Hartmann.
Los bacteriófagos, como su nombre indica, son un problema para las bacterias, no para los humanos. Sin embargo, se ha comenzado a investigar y utilizar fagos como tratamientos para infecciones bacterianas, especialmente aquellas que han desarrollado resistencia a los antibióticos. Por lo tanto, es probable que científicos como Hartmann encuentren algo de valor médico en los fagos u otros microbios hallados en nuestros baños. Pero incluso el simple descubrimiento es valioso, señala.
“Podría ser que el próximo gran antibiótico se base en algo que creció en tu cepillo de dientes. Aunque esto no conduzca a una nueva tecnología importante, es fundamental observar y registrar la diversidad de fagos porque amplía nuestra comprensión básica de la biología,” agregó.
Dado lo poco que sabemos sobre los fagos y otros microbios, los investigadores tienen la intención de seguir tomando muestras de diversos entornos, tanto familiares como exóticos, para continuar mapeando sus mundos. Además, están desarrollando nuevos métodos para observarlos mejor y entender cómo funcionan. “Esto nos proporcionará una visión más completa de los tipos de microbios con los que nos encontramos en la vida diaria y potencialmente llevará a nuevos descubrimientos e inventos para proteger mejor la salud humana y ambiental,” concluyó Hartmann.