LOS BUENOS DESEOS DE LOS “100 PASOS PARA LA TRANSFORMACIÓN”
La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, acaba de difundir el documento titulado “100 Pasos para la Transformación” que ofrece las directrices de su mandato gubernamental, mas no hay que confundir con el Plan Nacional de Desarrollo (PND) que dispone nuestra Constitución Política y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Mucho me temo que hay personas que han caído en esa confusión. El documento que se acaba de distribuir por parte de la Presidencia de la República, son solo buenas intenciones del actual gobierno y no hay ninguna obligación de acatarlo. En cambio, el Plan Nacional de Desarrollo se somete a la Cámara de Diputados para su revisión y aprobación (con la obligación de que se presente antes del 30 de abril del siguiente año, es decir, el Ejecutivo federal tiene 6 meses para entregarlo) y es producto de la recopilación de las opiniones de todos los sectores económicos y sociales. El documento completo que nos compete, Los “100 Pasos…” contiene alrededor de 322 páginas y está organizado por los temas de interés para la población. En una primera revisión de su contenido, encontramos cuatro referencias particulares relacionadas con Coahuila: la ampliación de la carretera 57 de San Luis Potosí a Piedras Negras, el ferrocarril de pasajeros de la Ciudad de México a Laredo (con parada en Saltillo), el plan hidráulico para la Laguna, y la ampliación y modernización del aeropuerto de Torreón. Pero a diferencia de los comentarios surgidos entre parte de la población, no localizamos nada sobre el ansiado rescate de Altos Hornos de México, ni la continuación de los trabajos en la mina del Pinabete (aunque están ya por ser concluidos) ni mucho menos el pago de los salarios caídos a los obreros de AHMSA. Por lo que se ha publicado en diferentes medios de comunicación, todo indica que en reuniones de trabajo entre la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y el Lic. Manolo Jiménez Salinas, Gobernador del Estado de Coahuila, ha habido buena disposición de la mandataria federal para revisar y/o apoyar diversos problemas de Coahuila, sin embargo, no deberíamos de ser ingenuos al asumir que se trata de una obligación por escrito. Habría que esperar si en el Plan Nacional de Desarrollo (documento oficial) figuran tales compromisos. De todas maneras, el documento que ahora nos ocupa es muy general; por ejemplo, señala incrementar los libros de las bibliotecas públicas, pero no dice la cantidad; “haremos de México una potencia científica”, pero no dice como ni mucho menos qué se entiende por “potencia”; se promoverán círculos de lectura, pero no menciona cuántos; y en ese tono permea todo el documento. De todas maneras, el contar con un pre-programa de tareas es ya un avance; nos permite tener una idea de ciertas prioridades y el rumbo del nuevo gobierno. Insistimos, no hay que festejar ni desilusionarse; hay que interpretarlo con reservas. Lo que es urgente, por la muy deplorable situación del país, es tener el plan nacional de seguridad pública. El artículo 69, tercer párrafo de la Constitución Política (de los EUM), establece: “En el primer año de su mandato, en la apertura del segundo período de sesiones ordinarias del Congreso, el Presidente de la República presentará ante la Cámara de Senadores, para su aprobación, la Estrategia Nacional de Seguridad Pública e informará anualmente sobre el estado que guarda”. Hoy más que antes es urgente -no solo conocer- sino aprobar e implementar acciones concretas y efectivas que detengan la tremenda violencia que se está viviendo en varios estados de la República. Todos tenemos muy claro que esa estrategia (si así se la podría llamar) de “abrazos, no balazos” era un chiste de mal gusto. No estamos ya para probar ni mucho menos jugar con estampitas ni figuritas ni amenazas de acusar ante las mamás y abuelas; vamos a ser serios. Las recientes imágenes del homicidio del alcalde de Chilpancingo son inaceptables. ¿Cómo hemos llegado en México a ese grado de violencia? Esas escenas las veíamos en películas; nunca nos habíamos imaginado que estuviésemos en ese nivel. Si somos incapaces de frenar tantas agresiones, veamos hacia el exterior; ¿Qué han hecho otros países para estar en paz? Olvidémonos de abrir carpetas de investigación y actuemos urgentemente con decisión. Lamentablemente, los 100 pasos para la Transformación no vislumbran algún cambio de rumbo. Mientras sigamos levantando la mano para las consultas no llegaremos a nada. Es cierto de que el nuevo gobierno apenas lleva unos pocos días y de que hay que conferirle el tiempo razonable, pero por la tónica que estamos viendo no hay mucho cambio hasta ahora. ¿Cuándo nos habíamos imaginado que se desplazaran personas de Chiapas a Guatemala por la inseguridad? Celaya, Irapuato, Culiacán, Acapulco, Chilpancingo, Michoacán, Veracruz, Nuevo Léon, Cancún, son algunas de las entidades en donde prolifera la alarma entre los pobladores. El estar enviando contingentes de la guardia nacional de un lado para otro no es suficiente, ni tampoco hay tantos elementos como para destinar a todos los lugares donde se requieren. En parte, hay que ahondar en las causas, pero me temo que eso es a largo plazo. Lo que pide la sociedad son soluciones inmediatas.