En México, hasta un 36 por ciento de la población presenta algún tipo de trastorno, incluyendo depresión, ansiedad o trastornos alimentarios. Además, las tasas de suicidio han aumentado considerablemente en los últimos 20 años. Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los especialistas han instado a reconsiderar el enfoque sobre la salud mental.
La Organización Panamericana de la Salud reporta que más de 100,000 personas perdieron la vida por suicidio en la región de las Américas en 2021, con un aumento del 17 por ciento en la tasa de suicidios entre 2000 y 2019, siendo esta la única región del mundo que mostró un incremento. En México, el INEGI registró 8,800 muertes por causas autoinfligidas en 2023.
La Dra. Carmen Amezcua, médico psiquiatra y especialista en Psiquiatría Integrativa, enfatizó: “Este es un llamado a replantear el enfoque que como sociedad tenemos hacia la salud mental, fundamentándonos en el derecho a la salud y promoviendo, desde el sector salud, la investigación y el acceso a tratamientos innovadores”.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, se lograron algunos avances en esta área, como la aprobación de reformas a la Ley General de Salud, que buscan garantizar atención que respete la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad mental.
Además, en mayo de 2023 se estableció la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), que tiene la tarea de prevenir, promover y atender problemas de salud mental y adicciones en el país. Sin embargo, la demanda por servicios de salud mental sigue aumentando, lo que contrasta con la insuficiencia y mala distribución de recursos en esta área.
“Por ello, me sumo al llamado de organizaciones civiles e instituciones de salud para fortalecer la educación en salud mental, el autocuidado y los servicios comunitarios, con el objetivo de identificar y atender de manera más oportuna estas condiciones, ayudando a reducir las complicaciones futuras que afectan tanto al individuo como a la sociedad”, destacó la especialista con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.
Desde la perspectiva de la psiquiatría integrativa, se destacan varios elementos esenciales para fomentar una buena salud mental:
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Cuerpo: Cuidar el cuerpo es fundamental para la salud mental, ya que existe una relación entre el eje cerebro-intestino, donde los microorganismos del sistema digestivo regulan neurotransmisores y hormonas vitales para el bienestar mental.
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Mente: Aprender a manejar los pensamientos es crucial para mantener una buena salud mental, ya que esto permite gestionar emociones y comportamientos.
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Estilo de vida: La forma en que las personas se relacionan con los demás, sus hábitos de sueño, alimentación y la actividad física son factores determinantes. Pasar demasiado tiempo frente a una computadora o tener una dieta deficiente puede afectar negativamente el sistema hormonal y, por ende, la salud mental.
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Espiritualidad o propósito: Implica que la persona aprenda a escucharse a sí misma y reconozca sus metas, dando así sentido a sus acciones.
La doctora concluyó que “los seres humanos somos sociales por naturaleza, por lo que el papel de la familia y la comunidad es clave para desarrollar una adecuada salud mental. Esto nos permitirá adquirir mejores habilidades y herramientas emocionales para enfrentar las complejidades de la vida”.