Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de México, el país inicia un capítulo histórico.Como la primera mujer en ocupar este cargo, Sheinbaum enfrenta un escenario complejo, heredando tanto los logros como los desafíos del gobierno anterior, encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Aunque Sheinbaum promete dar continuidad a la Cuarta Transformación (4T), su mayor reto será consolidarse como una figura independiente y afrontar los problemas que aquejan al país desde su propio liderazgo. Sin duda, los primeros 100 días de su Gobierno serán cruciales para definir su estilo de gestión y marcar el rumbo de su administración. Uno de los mayores desafíos para Sheinbaum será la percepción de continuidad con AMLO. La exjefa de Gobierno de la Ciudad de México fue una de las principales figuras de su administración y parte activa en la creación del “mito” alrededor del expresidente. Sin embargo, para Sheinbaum, ahora es esencial establecer su propio espacio político. Aunque su gobierno buscará seguir con los principios de la 4T, necesita despejar las “volutas de incienso” que aún rodean al presidente saliente, y posicionarse como la referencia única de su gobierno. Esto implicará no solo ser vista como la sucesora de AMLO, sino como una presidenta con una visión y un estilo propios. Asimismo, uno de los aspectos más controvertidos que deberá enfrentar es la implementación de la reforma judicial, que incluye la elección popular de jueces y magistrados, una medida que ha generado protestas desde dentro y fuera del país. Canadá y Estados Unidos ya han expresado sus reservas respecto a cómo esta reforma podría afectar la independencia judicial y, por ende, los tratados internacionales de inversión. Además, la creación de jueces sin rostro para combatir el narcotráfico genera dudas sobre el equilibrio entre seguridad y derechos humanos. En materia de seguridad, Sheinbaum hereda un país con niveles alarmantes de violencia. Los homicidios se incrementaron significativamente durante el sexenio de AMLO, y uno de los primeros retos de su mandato será diseñar una estrategia efectiva para combatir la inseguridad. En este sentido, deberá redefinir el rol de la Guardia Nacional y posiblemente reorganizar las policías locales y federales, un tema que ha estado en el centro del debate desde la masacre de Ayotzinapa en 2014. La situación económica de México también será un reto formidable. El país cierra 2024 con un déficit fiscal del 6% del PIB, lo que equivale a 2 billones de pesos. La administración de Sheinbaum se enfrenta a la tarea de reducir ese déficit en 2025, lo que implicará recortes presupuestarios importantes. Sin embargo, reducir el gasto en un contexto de desaceleración económica podría tener efectos adversos, como una posible recesión. Este será uno de los retos más complejos de los primeros 100 días de su gobierno: encontrar un equilibrio entre austeridad y crecimiento económico. Sheinbaum ya ha mostrado su compromiso con la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, aunque su implementación será gradual, tomando en cuenta las diferentes realidades de los sectores productivos. También ha reiterado su promesa de continuar con el aumento del salario mínimo y revisar la situación laboral de los trabajadores de plataformas digitales, aunque aún no ha especificado cómo se llevarán a cabo estos cambios. Uno de los anuncios más importantes de Sheinbaum en sus primeros días fue su compromiso con la transición energética. La presidenta ha fijado como meta que, para 2030, el 45% de la energía producida en México provenga de fuentes renovables, un cambio significativo en comparación con el retroceso experimentado durante el sexenio de AMLO. Para lograr este objetivo, será necesario construir una capacidad de generación de 30,000 megawatts, con un costo estimado de 30,000 millones de dólares. Además, Sheinbaum ha invitado al sector privado a participar bajo reglas claras, lo que sugiere un cambio hacia una política energética más abierta y cooperativa. En paralelo, Sheinbaum ha señalado la urgencia de revisar las concesiones de uso y explotación de agua, un recurso crítico para varios sectores productivos del país. Con más de 525,000 concesiones vigentes, la falta de monitoreo adecuado ha permitido la sobreexplotación del agua, afectando a industrias clave como la agroalimentaria y la construcción. Una nueva Ley General de Agua será fundamental para enfrentar estos desafíos y asegurar un uso sostenible del recurso. Finalmente, en el plano internacional, uno de los primeros desafíos será el CEO Dialogue, un evento clave en el que se definirá la relación entre el nuevo Gobierno y los principales empresarios de América del Norte. En 2026, la revisión del T-MEC será un momento crítico, y México necesitará mantener un delicado equilibrio entre proteger su soberanía y cumplir con sus compromisos internacionales, especialmente en temas energéticos y de maíz transgénico, que ya han generado controversias con sus socios comerciales. Así, el mandato de Claudia Sheinbaum será histórico no solo por ser la primera mujer en ocupar la Presidencia de México, sino también por los retos monumentales que enfrentará. Desde la seguridad y la economía, hasta la reforma judicial y la transición energética, Sheinbaum deberá demostrar su capacidad de liderazgo en un contexto de altas expectativas y grandes dificultades. Los primeros 100 días de su Gobierno serán una prueba crucial para consolidar su poder y definir el rumbo de los próximos seis años. Esperemos…