¿Será la gripe aviar H5N1 la próxima pandemia humana?

La gripe aviar representa una amenaza global, inquietante y latente. La preocupación ha aumentado debido a los recientes casos confirmados de transmisión del virus H5N1 de las vacas a los humanos y a los posibles casos de contagio entre personas en Estados Unidos, actualmente en investigación.

Desde el primer brote del virus de la influenza aviar altamente patógena (IAAP) H5N1 en 1959 en aves de corral en Escocia y su posterior transmisión a humanos en 1997 en Hong Kong, la situación ha cambiado drásticamente.

La aparición y propagación global de los virus de la gripe aviar de alta patogenicidad (IAAP) del linaje H5 A/goose/Guangdong/1/96 (GsGd) ha causado repetidas epizootias, afectando a aves silvestres y poblaciones de aves de corral a nivel mundial, incluida la región antártica. Este escenario, que ha visto la muerte de cientos de millones de aves a causa del virus H5N1 en los últimos años, ya era preocupante por su impacto ecológico y el peligro que representa. Sin embargo, la situación ha empeorado, ya que el virus se ha seguido propagando, ocasionando una panzootía, infectando mamíferos terrestres y marinos silvestres, así como animales domésticos y de granja.

Los cambios recientes en la ecología y evolución molecular del virus H5N1 en aves silvestres y domésticas han incrementado las oportunidades de contagio hacia mamíferos. La mayoría de los virus H5N1 caracterizados genéticamente desde 2020 pertenecen al clado 2.3.4.4b, aunque existen algunas excepciones regionales. Este evento panzoótico causado por el virus H5N1 se puede considerar uno de los más significativos en la historia en términos de pérdidas económicas, áreas afectadas y número de especies y animales infectados.

Recientemente, el virus dio un paso adicional: el 25 de marzo de 2024, se informó que el H5N1 fue detectado por primera vez en muestras de leche no pasteurizada y en la garganta de ganado lechero en EE. UU., marcando la primera vez que se identifica el virus en vacas.

En las semanas siguientes, continuaron notificándose casos de H5N1 en ganado lechero que presentaba signos clínicos, así como en animales sin síntomas aparentes. A fecha del 2 de octubre de 2024, catorce estados de EE. UU. habían reportado brotes en vacas lecheras, afectando a 243 rebaños.

Los análisis de las secuencias virales en vacas lecheras infectadas sugieren un único evento de transmisión desde un ave infectada a una vaca lechera, estimando que esto ocurrió a finales de 2023 o principios de 2024. Hasta ahora, este clado no ha sido detectado en ganado lechero fuera de EE. UU., lo que indica que el H5N1 se ha adaptado a este nuevo hospedador. La elevada presencia del virus en las glándulas mamarias y la leche de estos animales sugiere que la contaminación de las máquinas de ordeño podría haber jugado un papel importante en la transmisión del patógeno.

Aunque aún se desconoce cómo se transmite el virus entre las vacas, estudios recientes han mostrado que el tejido mamario de estos animales tiene receptores para el H5N1, lo que los haría susceptibles a la infección.

Este problema tiene una dimensión económica significativa, ya que, aunque las vacas infectadas no presentan enfermedades graves, producen menos leche y de calidad poco atractiva para los consumidores. Dado el tamaño y la influencia de la industria lechera estadounidense, esta situación podría repercutir notablemente en la producción lechera mundial. Afortunadamente, se ha comprobado que la pasteurización elimina o inactiva el virus, por lo que se recomienda evitar el consumo de leche cruda.

El actual brote de H5N1 en ganado lechero en EE. UU. ha generado una gran preocupación sobre el aumento del riesgo de transmisión sostenida entre humanos. Esta alarma es justificada, ya que desde abril de 2024, se han reportado varios casos de infección por el virus H5N1 en humanos en EE. UU., relacionados con la exposición a vacas lecheras infectadas. Varios de los infectados han presentado síntomas oculares y respiratorios leves.

Si el virus se volviera endémico en las vacas, esto representaría un alto riesgo de futuros casos en humanos.

Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. están investigando varios casos de personas infectadas con el virus H5N1 que no han tenido una exposición conocida a animales infectados. Entre estos casos está el de un paciente de Missouri, la primera persona en EE. UU. cuyo contagio con el virus H5N1 no ha podido ser explicado. Este paciente, que tenía condiciones de salud preexistentes, fue ingresado con síntomas como dolor en el pecho, vómitos y diarrea. Lo más preocupante es que ya se han registrado siete casos de personas que tuvieron contacto con el paciente de Missouri y que desarrollaron síntomas.

Las autoridades sanitarias estadounidenses descartan por ahora que el virus de la gripe aviar se transmita entre humanos, pero es evidente que es prioritario determinar si existe transmisión humana del H5N1 en el brote actual en EE. UU.

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