Los aumentos en la tonelada de harina de maíz y trigo no han variado desde el año pasado, pero sí se han incrementado algunos otros insumos.
A pesar de que el precio de la harina de maíz ha permanecido estable durante el último año y medio, el costo del kilogramo de tortilla continúa rondando los 30 pesos en la frontera, sin señales de bajar. Según Pedro Lezama, propietario de la tortillería "La Espiga de Oro" con 60 años de servicio en el Centro Histórico, el precio de la tortilla se mantendrá sin cambios durante lo que resta del año.
Desde principios de 2023 no se ha registrado un aumento en la tonelada de harina de maíz y trigo, materias primas esenciales para la producción de tortillas.
Un acuerdo entre industriales de la masa, el gobierno y los productores ha evitado un incremento en el precio del kilogramo de tortilla. Sin embargo, Lezama señala que, aunque esto permite a los tortilleros seguir operando, los márgenes de ganancia son cada vez menores. Lezama explicó que, aunque el precio de la harina no ha aumentado, otros insumos y servicios esenciales sí lo han hecho, lo que afecta las ganancias de los pequeños productores. Servicios como la electricidad, agua, salarios y el combustible para repartir el producto han incrementado, y los tortilleros deben absorber estos costos.
Salarios. El propietario ejemplificó que los gastos mensuales en servicios pueden superar los 6 mil pesos, sumados a los salarios de sus empleados, las prestaciones, impuestos y el mantenimiento de vehículos para la distribución. A pesar de estas dificultades, el gobierno federal ha asegurado que no habrá más aumentos en los insumos este año, lo que brinda un respiro temporal al gremio. Otro problema que afecta a los tortilleros es la competencia desleal de los grandes comercios, que venden tortillas a precios más bajos como estrategia para atraer clientes. Estos comercios pueden bajar el precio de las tortillas y compensar la diferencia con otros productos, lo que reduce las ventas y la viabilidad económica.